Simulación y no acciones contundentes son el factor común de las políticas públicas implementadas durante el morenovallismo para enfrentar la pobreza en el estado, como corroboran los proyectos encaminados a zonas donde con pocos apoyos y presupuestos se podían mejorar los indicadores de pobreza.
El coordinador de la licenciatura en Políticas Públicas y Administración Pública de la IBERO Puebla, Miguel Calderón Chelius, durante “Análisis de mediciones de pobreza, caso Coneval”, destacó que la táctica implementada entre 2011 y 2017 solo era pegarle al indicador.
“La táctica solo ejemplificó a que en ese periodo si con un peso que se diera a una familia, ésta podría brincar la línea de la pobreza a fin de mejorar los números, en lugar de dar un apoyo total a las personas que se están muriendo de hambre”.
Además, indicó que eso no exclusivamente se nota en la política social que se implementó durante esa gestión, sino también en la económica porque aunque se invierta mucho no se observó una contracción fundamental en la pobreza, como ejemplificaron las grandes obras como los distribuidores viales y museos.
Esas acciones, acentuó, muestran que hubo una política escenográfica y en el caso de la política social estos resultados lo que arrojan es aparentar a través de distintas estrategias como afiliar a todos Seguro Popular, dar certificados educativos preferencias a adultos mayores pensando que con eso habrá seguridad social, cuando sabe que no es así.
Pero aclaró que no todas las acciones desarrolladas tuvieron ese mismo rostro, pero sí la gran mayoría, por ello pidió al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta implementar políticas sociales que estén realmente encaminadas en disminuir la pobreza y no en hacer maquillajes.
Inconsistente encuesta
Sobre las cifras que descubrió el Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su reciente entrega, el académico indicó que los datos presentan limitaciones porque por un lado existen inconsistencias metodológicas y por el otro la modificación de la metodología de levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh).
Precisó que es posible identificar una reducción de la pobreza y la pobreza extrema a nivel nacional, los números de los datos del Coneval no son consistentes con la realidad cotidiana porque en el caso de la cobertura de salud ésta no refleja una contracción del índice de pobres, sino una mayor afiliación a ese segmento.
Los datos, priorizó, revelan que en el periodo en el morenovallismo la reducción del 50 por ciento en Puebla no refleja la realidad, sino que es el resultado de la combinación de una política deliberada para incidir en los indicadores y de los cambios realizados por el INEGI en el levantamiento de la encuesta.
Propuso que se fortalezcan a los organismos que miden la pobreza, desigualdad y evalúan políticas sociales y públicas a nivel nacional y estatal; generar información a nivel estatal pero por municipio para poder realmente tener claridad de la distribución territorial de la pobreza.
Además espera que el nuevo gobierno barbosista utilice datos de pobreza y desigualdad subestimados, sino que parta de una línea base que refleje la realidad del estado, y la generación de un organismo estatal, encargado de medir y evaluar la política social.