Luego de mirar los guantes de Julio César Chávez, exhibidos en el Senado, Alejandro Armenta alza los puños en posición boxística, ante la mirada y sonrisa de Miguel Ángel Mancera y lanza un “con la guardia lista”.

En su último de 2005 días de trabajo en el Senado de la República, Armenta Mier sostiene “misión cumplida", al rememorar su trabajo legislativo: “Siempre con amor a Puebla”, dijo ante el pleno.

Al hacer el recorrido por los pasillos del edificio de esta parte del Poder Legislativo en la Ciudad de México, estrechó decenas de manos y recibió buenos deseos para su futuro, en búsqueda de la gubernatura de Puebla.

Incluso, su salida fue tan emotiva, que pareciera se contagiaron las voceras de la oposición, las senadoras Nancy de la Sierra Arámburo y Nadia Navarro.

Hasta los buenos deseos le emitieron la priiista y panista, respectivamente, como queriendo congraciarse sin subirse al ring, ni ponerse los guantes como se esperaría.

Al finalizar, ya en el patio del Senado, un seguidor se acercó al candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para colocarle una pulserita roja, para aquello de las malas vibras.

“Tengo muy clara la misión que tenemos, por eso hemos ido avanzando y el reto que tenemos ahora es ponerle batería de litio al desarrollo de Puebla, para que alcancemos a estados como Jalisco, Nuevo León, en muchos aspectos donde nos llevan la delantera”, dijo en entrevista.

De este modo recordó que Puebla tuvo ocho gobernadores en seis años, lo que hizo que el desarrollo tuviera pausas que desarticularon la administración, por lo que se necesita continuidad en los procesos para que la entidad salga adelante.

Retrospectiva

En una breve charla, durante su último recorrido como senador, ya en una de los palcos con el pleno del Senado, a espaldas, Armenta Mier hizo una retrospectiva de su trabajo legislativo.

Emocionado, señaló que fue el primer poblano en presidir la Comisión de Hacienda y el segundo como presidente del Senado por un año, así como presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales.

Señaló que haber participado en la recuperación del tema del litio, fue uno de los grandes logros a lo largo del lustro y en la reforma energética.

Recordó que en el primer año llegaron los morenistas a poner orden y separar el poder económico al político, siempre acompañando al presidente Andrés Manuel López Obrador.

-¿La mayor satisfacción en estos años en el senado?-

-Tengo muchas, pero sin duda la presidencia del Senado y el momento es que se aprobó la reforma para rescatar el litio, fue un momento histórico.

Dijo que lo que se hizo en la legislatura actual se verá en los 10 o 30 años próximos, porque la industria del litio está naciendo en México.

-¿Puedes decir misión cumplida en estos años?-

-Sin duda, sí estoy satisfecho, soy exigente con mi equipo al extremo, llevé un reloj del tiempo cuando estuve al frente del Senado y he llevado siempre el tiempo medido.

“Hago prospectiva y retrospectiva, entonces siempre estoy midiendo las horas del día, los días de la semana, las semanas del mes, los meses del trimestre, semestre y año”.

Indicó que todo es un ciclo, por lo que viene cumpliendo objetivos cualitativos y metas cuantitativas.

Las sorpresivas

Nancy de la Sierra Arámburo y Nadia Navarro, al tomar la palabra, hicieron lo impensable en la tribuna del Senado, como si les hubiera ganado la emoción.

Ambas son voceras de la alianza PAN-PRI-PRD, opositoras a Morena en Puebla, lo que desató los comentarios y las sorpresas, luego de que tomaron los micrófonos.

Nadia Navarro, ahora se dijo orgullosa de que Alejandro Armenta contienda por la gubernatura, la que espera sea justa y equitativa.

“Después del 2 de junio gane el proyecto que gane, porque son dos proyectos muy competitivos, se cuenta con una Puebla incluyente”, dijo, para señalar que ahí estará.

En tanto, la ahora priista Nancy de la Sierra, aunque, dijo, no comparten el mismo proyecto político, le dijo que seguramente Puebla tendrá rumbo y le irá muy bien.

“Éxito en su nueva encomienda, hasta luego”, deseó finalmente la senadora, ante la mirada atónita de sus compañeros de escaño.