La diputada por el Partido Acción Nacional, Karla Rodríguez Palacios, presentó una iniciativa para reformar la Ley de Educación del Estado de Puebla, a fin que desde el nivel primaria se atienda la inteligencia emocional de los alumnos para evitar problemas mentales en un futuro.

Rodríguez Palacios, advirtió que  desafortunadamente, en nuestro país, las y los mexicanos no acuden al  psicólogo o no reciben algún tipo de servicio de salud, a pesar de que existen unidades de psiquiatría en hospitales generales, así como villas de transición hospitalaria, además de considerarse la atención y la reparación de las implicaciones de la enfermedad mental .

Indicó que ante esta problemática, es necesaria la existencia de programas y escuelas para madres y padres, con el fin de detectar comportamientos que no son saludables en sus hijas e hijos, para recibir una atención psicológica adecuada, y así fomentar las acciones necesarias, para garantizar una verdadera salud mental, y fortalecer la inteligencia emocional de las personas.

Dijo que los estudios han revelado que la adaptación al estrés depende, en buena parte, de la capacidad para atender, diferenciar y regular sentimientos; de esta manera, es que cuanto más elevada es la inteligencia emocional de las personas, mayor es su capacidad para realizar comportamientos adaptativos, para ejecutar tareas, mejorar su percepción sobre la calidad de vida y disminuir la sintomatología depresiva.

Comentó que una de las herramientas, para garantizar la salud de las y los ciudadanos, es promover, en la población, la inteligencia emocional, la cual es la capacidad de las y los individuos, para reconocer sus propias emociones y las de los demás, distinguir entre diferentes sentimientos y etiquetarlos apropiadamente, utilizar información emocional para guiar el pensamiento y la conducta, y administrar o ajustar las emociones, para adaptarse al ambiente o conseguir objetivos .

Advirtió que es importante diferenciar la inteligencia emocional con la salud mental, pues esta última se refiere a la forma en que manejamos nuestra vida diaria y la forma en que nos relacionamos con las demás personas, en distintos ambientes, mientras que la inteligencia emocional hace especial hincapié en el manejo responsable de los sentimientos, pensamientos y comportamientos; reconociéndolos, dándoles un nombre, aceptándolos, integrándolos y dándoles un uso positivo.