Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló que al masticar chicle se pueden liberar cientos o incluso miles de microplásticos, los cuales terminan siendo ingeridos.

Los investigadores analizaron cinco marcas de chicle sintético y cinco de chicle natural, encontrando que ambas liberaban cantidades similares de microplásticos. En promedio, se identificaron 100 partículas por gramo de chicle, aunque algunos casos llegaron hasta 600.

El estudio indica que un chicle grande podría liberar hasta 3 mil microplásticos y que la mayor parte de estas partículas se desprenden en los primeros minutos de masticación.

El investigador principal, Sanjay Mohanty, advirtió que aún se requiere más investigación para determinar los efectos de estos plásticos en la salud humana, pero recordó que estudios previos han mostrado posibles daños por la exposición a ellos. 

Además de la ingesta involuntaria, los chicles desechados son una fuente de contaminación ambiental, lo que suma otra preocupación sobre su impacto ecológico.