Un equipo del Cima Universidad de Navarra ha identificado una nueva vía para frenar el avance del párkinson: la inhibición de una proteína llamada FKBP51.

En una investigación publicada en la revista Molecular Therapy, los científicos demostraron que al reducir esta proteína en un modelo de ratón humanizado se protegían las neuronas dopaminérgicas, se frenaba la progresión de la enfermedad y se recuperaba la movilidad en los animales.

El párkinson, que afecta a unas 200 mil personas en España, se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas que contienen neuromelanina, un pigmento cuya acumulación se relaciona con el envejecimiento y con esta patología. “Nuestros hallazgos indican que el envejecimiento aumenta la susceptibilidad de estas neuronas a acumular el pigmento, lo que eleva el riesgo de desarrollar la enfermedad”, explicó Marta García-Gómara, primera autora del estudio.

La proteína FKBP51, implicada en el plegamiento de proteínas y asociada a procesos de neuroinflamación, se encuentra aumentada tanto con la edad como en presencia del párkinson. Al inhibirla, los investigadores observaron una reducción de la inflamación, una mejora en la función motora y una mayor protección neuronal.

A pesar de los avances médicos, actualmente no existen terapias que ralenticen el progreso del párkinson. Por ello, las investigadoras Ana García-Osta y Mar Cuadrado-Tejedor consideran fundamental continuar desarrollando tratamientos neuroprotectores. El equipo ya trabaja en el diseño de moléculas capaces de reducir los niveles de FKBP51 en el cerebro.

Con más de 10 mil nuevos diagnósticos al año y una proyección de 25,2 millones de pacientes en el mundo para 2050, el hallazgo abre una posible vía terapéutica en un panorama cada vez más urgente.