El servicio es fruto de un reciente acuerdo entre la compañía británica de satélites de telecomunicaciones Inmarsat y el proveedor de aviación mundial con sede en Estados Unidos, Honeywell, según informó el portal de la BBC.
 
El objetivo, afirman ambas empresas, es ofrecer una conexión a Internet a bordo de un avión que sea más rápida, económica y con amplia cobertura a nivel mundial para funcionar ininterrumpidamente en vuelos de largo recorrido.
 
"Estaremos volando tres satélites, que permitirán comunicaciones de banda ancha reales hacia y desde un avión, mayor velocidad y precios más accesibles lo que creemos encaja con las expectativas del mercado", explicó un vocero de Inmarsat, Leo Mondale, a la cadena británica.
 
"A medida que los pasajeros se acostumbren a estar conectados a 35 mil pies, no sólo esperarán conectividad, sino una buena conectividad que permita utilizar una multitud de aplicaciones habilitadas para internet", agregó, por su parte, Carl Esposito de Honeywell.
 
Sin embargo, desde la consultora Frost & Sullivan, Diógenes Papiomytis destacó que la oferta de Global Xpress "no necesariamente sea más barata". Aún así, remarcó que la tecnología satélite es la "única manera de lidiar con este problema".
 
Las conexiones a Internet durante un vuelo existen desde hace más de una década, pero fueron pocos los avances que se registraron en cuanto a su calidad, además de que no se logró incorporar de forma masiva en las aerolíneas.
 
La mayoría de los usuarios afirma que los problemas de la navegación a bordo son la lentitud, su elevado precio y su poca constancia, ya que en distintos tramos puede no funcionar. "Ciertamente no es lo mismo que la conexión de alta velocidad de banda ancha en el suelo, es muy lenta", coincidió Matt Hatton, director de la firma de consultoría de telecomunicaciones Machina Research.