Al final del debate presidencial celebrado el martes por la noche, la moderadora Candy Crowley de CNN preguntó a ambos candidatos una cuestión que ha atormentado a Apple desde el comienzo del año.
"El iPad, las Mac, los iPhone, están todos fabricados en China y una de las principales razones es que la mano de obra es mucho más barata allí", planteó Crowley. "¿Cómo convencer a una gran empresa estadounidense para que traiga esa producción de vuelta al país?"

Mitt Romney dijo que la solución era "muy sencilla". Estados Unidos debe presionar a China para que deje de manipular su moneda, dijo, y el Gobierno federal debe "hacer de Estados Unidos el lugar más atractivo para los empresarios" mediante la reducción de impuestos. Él apoya reducir la tasa impositiva sobre las sociedades al 25%, por debajo de su actual 35%.

El presidente Obama ofreció una respuesta más cruda: "Candy, hay algunos trabajos que no van a volver, porque son empleos de bajos salarios, de poca cualificación".

Hablando estrictamente de Apple, la afirmación de Obama es probablemente correcta.

Apple ha dicho que da empleo directo a miles de sus propios trabajadores en China, y que cerca de 700,000 trabajadores de montaje en las plantas de manufactura de contratistas como Foxconn ensamblan los productos de Apple. Sería casi imposible traer esos puestos de trabajo a Estados Unidos.

Foxconn -el mayor empleador privado de China y el fabricante de aproximadamente el 40% de los dispositivos de electrónica de consumo del mundo- paga a sus trabajadores de ensamblaje mucho menos de lo que las leyes laborales estadounidenses permitirían. Un sueldo típico es de 2500 renminbis (400 dólares estadounidenses), o alrededor de 18 dólares por día.

Pero la paga no es el mayor obstáculo. Varios economistas han estimado cuánto añadiría al costo de un iPhone tener una mano de obra completamente estadounidense, y las cifras van desde 65 a 100 dólares por dispositivo.

El verdadero obstáculo es la velocidad. A diferencia de las plantas de Estados Unidos, Foxconn y otros operadores chinos de producción alojan a sus empleados en dormitorios y puede enviar cientos de miles de trabajadores a las líneas de montaje en un instante. En las líneas, los trabajadores están sometidos a lo que la mayoría de los estadounidenses consideraría horas insoportablemente largas y duras condiciones de trabajo.

Este sistema brinda a las empresas de tecnología la eficiencia necesaria para sacar los productos a tiempo.

Además, la mayoría de los proveedores de componentes de Apple y de otros gigantes tecnológicos están también en China u otros países asiáticos. Ese clúster geográfico ofrece a las empresas la flexibilidad para cambiar el diseño de un producto en el último minuto y todavía enviarlo a tiempo.

Existe además otro factor, y es uno sobre el cual a los políticos no les gusta hablar: China tiene muchos más ingenieros cualificados que Estados Unidos.

Steve Jobs sacó a colación este tema durante una reunión en octubre de 2010 con el presidente Obama. Dijo que el mediocre sistema educativo de Estados Unidos era un obstáculo para Apple, que necesitaba 30,000 ingenieros industriales para apoyar a sus trabajadores al interior de la misma fábrica.

"En Estados Unidos no se pueden encontrar tantos para contratar", dijo Jobs al presidente, según cuenta su biógrafo, Walter Isaacson. "Si pudieras formar a estos ingenieros, entonces podríamos mover más fábricas aquí".

En una entrevista en mayo con AllThingsD, el CEO de Apple, Tim Cook, dijo que coincidía con la aseveración de Jobs.

"Tiene que haber un cambio fundamental en el sistema educativo para traer de vuelta parte de ese empleo", expresó.

Cuando se le preguntó si llegaría el día en que un producto de Apple se fabricara en Estados Unidos, el ejecutivo contestó: "Yo quiero que así sea... y puedes apostar que emplearemos toda nuestra influencia para ello".

El tono de Cook es mucho más optimista que el de su predecesor. Según el rotativo New York Times, durante la referida reunión en 2010, Obama le preguntó a Jobs qué se necesitaba para traer todos los empleos de manufactura del iPhone de regreso a Estados Unidos