Fue hace 92 años cuando el diario estadounidense anunció uno de los hechos que ha transformado a la ciencia en nuestro tiempo, que Andrómeda no era una nebulosa, sino una galaxia, en un nota apenas resaltada en su página número 6.
En este sentido, el 23 de noviembre de 1924 cuando se indicaba que el doctor Edwin Powell Hubble, considerado padre de la cosmología observacional, había confirmado que las nebulosas eran en realidad "islas-universo".
La relevancia de su afirmación es tal que con ello el astrónomo estadounidense expandió cien veces el universo conocido. Cabe mencionar que a Andrómeda se le conocía como M31, ya que es el objeto número 31 del catálogo de Massier de objetos difusos del cielo.
Entre tanto, la galaxia fue reconocida como una "mota de polvo" por astrónomos árabes en el siglo X y para el siglo XVII ya se listaba en los primeros catálogos de objetos como el de Messier.
Para 1923, ya con el telescopio de 100 pulgadas, Hubble fue capaz de resolver las estrellas de M31 y detectar estrellas variables cepheidas similares a las encontradas por Leavitt y a las estudiadas por Shapley.
La NASA recuerda que a principio del siglo XX, la mayoría de los astrónomos creía que el universo observable consistía de una sola galaxia: la Vía Láctea, un oasis de estrellas, polvo y gas.