La sonda espacial de la NASA,  Voyager 2, lanzada en 1977, ha salido  del sistema solar para para ingresar al espacio interestelar, confirmó un estudio publicado en la revista científica Nature Astronomy, a cargo de investigadores de la Universidad de Iowa (EU),

Se trata de la región interestelar con contenido de materia y energía entre las estrellas dentro de una galaxia. Los astrónomos confirmaron este paso cuando el instrumento de medición de onda de plasma que lleva la sonda detectó un marcado aumento en la densidad de plasma (estado fluido similar al gaseoso), desde una mayor temperatura, característica debido a su exposición al viento solar, al frío.

“No es cierta la vieja idea de que el viento solar queda gradualmente disminuido a medida que uno entra en el espacio interestelar", señaló Don Gurnett, principal investigador del instrumento de ondas de plasma que lleva el Voyager 2.

“Con el Voyager 2 —y previamente con el Voyager 1— mostramos que hay un límite distintivo allí fuera. Es asombroso cómo los fluidos, incluidos los plasmas, forman la frontera”, agregó.

Esto ha permitido contar con datos muy valiosos sobre la estructura de la heliosfera, la burbuja creada por el viento solar mientras se extiende por los límites del Sistema Solar.

También, la información recabada del instrumento del Voyager 2 aporta nueva información sobre el grosor de la región exterior de la heliosfera y el lugar donde el viento solar se acumula frente al viento del espacio interestelar.

La sonda está tan lejos de la Tierra que la información tarda 19 horas en llegar, indicó el investigador.