Don Efraín Castro Morales es un sabio. Una estirpe en extinción. Es el principal experto en historia colonial de México, pero de manera particular de Puebla. No lo aprendió de los libros, sino hurgando en los archivos religiosos y civiles. Condición que lo hace un investigador sin par. Recuerdo que cuando Carlos Salinas presentó la magna exposición de arte mexicano en Nueva York, con el título de Esplendor de 30 siglos, cuya coordinación general estuvo a cargo de Octavio Paz, Castro Morales fue el responsable de curar la parte correspondiente a la Colonia.
En el mundillo del arte es fama pública que al Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, no entra ninguna que no sea de su propia grey. Más aún tratándose de personas que no son hijos intelectuales suyos, y no han pasado por sus cátedras de historia del arte. Como es el caso de don Efraín Castro Morales.
Sin embargo, lo sé de primera de mano, se trata de uno de los poquísimo historiadores de los bienes artísticos del pasado que goza de pleno respeto de sus señoronas (lo digo porque en general la mayoría de sus investigadores son mujeres).
Me parece que el libro más importante que se ha escrito sobre Puebla se llama La catedral y las iglesias de Puebla, se publicó en 1954, en la editorial Porrúa y, por razones muy extrañas, desde entonces nunca se ha vuelto a hacer una nueva edición. Su autor es don Manuel Toussaint, la misma persona que creó el IIE. Sin embargo, lo que muy poco se dice es que el colaborador principal que tuvo el autor para la hechura de su libro fue Efraín Castro Morales. Hay que decir en este punto que fue el mejor secretario de Cultura que ha tenido Puebla desde que la cultura ha sido motivo de presupuestos y organigramas burocráticos. Y desde su creación, es una de las personas con mayor autoridad en materia de patrimonio cultural en el Conaculta y en el INAH.
Como todos los grandes sabios, Castro Morales no sólo profesa un gran respeto por el libro, como principal fuente de conocimiento, sino que ha sido uno de sus principales promotores. Décadas atrás fundó la editorial Altiplano. Gracias a la cual se conocieron títulos célebres como la Historia de la fundación de Puebla de don Mariano Fernández Echeverría y Veytia. Muchas de aquellas publicaciones volvieron a reeditarse por la Secretaría de Cultura, cuando estuvo al frente.
Retirado de sus tares en la administración pública, ha puesto en marcha una nueva editorial dedicada a la promoción de estudios regionales, bajo el nombre de Museo Mexicano. Como fue en los inicios de la imprenta, Castro Morales vende sus libros por correspondencia. Sólo que ahora se vale de los recursos de la tecnología para hacerlo. Su portal es: www.museomexicano.com
Debo recordar en este punto que hace una década propuse al entonces secretario de Finanzas y Desarrollo Social, un joven de apellido Moreno Valle, la reedición de Los imprescindibles poblanos: un paquete de diez libros con los títulos más valiosos de la época prehispánica a nuestros días.


Chayo news
Independientemente del carácter que vaya a tener en la ley, de entrada habla muy bien del nuevo gobierno su propuesta de llevar a la Constitución el principio de revocación de mandato y de institucionalizar la participación ciudadana. Nos guste o no, se trata de un par de iniciativas que hablan del talante democrático del gobierno encabezado por Moreno Valle.
Es una pena que ambos proyectos no tengan la promoción en medios que han tenido otras iniciativas o simples decisiones de gobierno.
A iniciativa del Poder Ejecutivo, en días pasados el Congreso del estado aprobó una iniciativa que difícilmente habría obtenido su apoyo en otro momento. Ni siquiera cuando el PRI tenía el control total del Congreso. Me refiero a las modificaciones de ley para que personas solteras adopten menores.
Una medida controvertida que incluso ha sido criticada por las asociaciones conservadores y por miembros de la Iglesia católica. Porque la medida se presta para que parejas homosexuales adopten.