Hay gente que sigue pensando que quien habla con la verdad, es hombre libre. Y sí, la verdad además de liberarnos de cargas sicológicas negativas, nos ayuda a mantener calidad moral para hacer señalamientos y críticas respecto a lo que la propia opinión pública registra en su derredor social. La política nacional sigue perdiendo credibilidad un día sí y otro también, gracias a la deshonestidad con la que varios personajes ligados al ámbito político-administrativo, suelen conducirse.
Basta con echarle una miradita a la cantidad de twitters y mensajes que pululan en las redes sociales, para percatarse del desencanto que nuestra juventud tiene respecto al otrora respetado servicio público. Sorprende que los comentarios que los propios medios de comunicación registran al final de cada información que brindan, termine por molestar y casi ofender a quienes gozan de una posición como servidores públicos en cualquiera de los tres ámbitos del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En ese orden, los mexicanos percibimos un auténtico descontrol en las diferentes áreas de gobierno. Empezando por Calderón, que ha mostrado que no sólo es ciego y sordo ante las necesidades de los más vulnerados del país. Sino que es terco y soberbio ante los magros resultados de su patética definición de “gobierno del cambio”. Los últimos comentarios que este ilustre mandatario ha emitido en tono de gags, denotan que además de ser pésimo para contar chistes, no ubica que su papel institucional no puede prestarse a chungas ni cotorreos. Menos cuando se trata de temas tan delicados como la brutal ola de violencia que azota diferentes entidades de nuestra República. Tratar de eludir el Estado fallido en el que vivimos gracias a su vulnerado gobierno, con chistecitos idiotas donde asegura que los únicos disparos que hay en México, son los shots de tequila que cualquier turista se puede reventar en donde quiera pasear ¿A sí? Pues varios embajadores han enviado mensajes a sus mandatarios para informarles que la inseguridad que se vive en este país, ya rebasa el límite del machacado combate al narcotráfico. De ahí que ahora tenemos el programa “Turista-Temerario”, para aquél que guste de peligro y los riesgos innecesarios en cualquier destino vacacional, familiar o de negocios. Así de complicado el tema.
Para muestra, la inusitada muerte del general retirado Juárez Lorea, quien nunca imaginó que lo asesinarían en pleno tráfico del DF. Una prueba más de que si algo se debe, se paga y a la vista de todo mundo. Y sin ningún problema de vigilancia, García Luna, como política china, misterioso y tontejo, actúa al más puro estilo de los Polivoces: la Policía siempre en vigilia. Ni más ni menos. La ínfima calidad moral de estas autoridades “competentes”, ha incitado a que la gente muestre diariamente su descontento de diferentes formas. Las protestas callejeras persisten, más para la foto que para ejercer presión en serio. Las protestas vía internet han resultado más efectivas porque no hay manera de evitar que todo mundo —literalmente— se entere de la frustración, el desencanto y la opacidad con la que este sexenio se ha conducido.
Hablar con la verdad le evitaría a Fecal pasar por la vergüenza de ser cuestionado por reporteros de otros países, que le piden respuestas claras respecto a la nulidad de sus acciones contra el crimen organizado en cualquiera de sus modalidades. Hablar con la verdad evitaría que muchos “ninis” siguieran en esa condición o considerando la opción de olvidar principios de ética y moral para con sus conciudadanos.
De ahí que empiecen también a abrevar —en maldita hora— el cinismo y la amoralidad como la única forma de alcanzar éxito en cualquier ámbito social. Ejemplos patéticos como el de panistas desvergonzados que niegan sus vicios y perversidades. Un Miguel Ángel Yunes que fue procesado por pederasta y que convenientemente Lydia Cacho no investigó ¿Será porque es protegido de la Gordillo?
Fox, Marta, Creel y Carstens, ejemplos vivos de la corrupción sofisticada albiazul. Gente oportunista y arrastrada como Lozano, Cordero y la Vázquez Mota. Coludidos e incompetentes como García Luna y Maricela Morales. En contraste vergonzante para priistas poblanos de convicción, los integrantes de una familia de desleales genuflexos al morenovallismo, donde lo mismo es el padre que el hijo. Todos ellos armando reunioncillas para autoconvencerse de que siempre han sido fieles tricolores y que siguen vigentes. Unos emulando los Desayunos Calientes de la Casa del Abue —donde brilló el cascajo de lo que un día fueron—, otros pagando acarreo y chilaquiles con huevo para que armen barulla mientras detenta el báculo de un sector tricolor. Quien no los conozca, que los compre. Al fin y al cabo, en política también se requiere de limpiacaños en todos los niveles. Con la pena.
Hablar con la verdad ayuda a generar confianza y credibilidad en un proyecto con visión de futuro. Sin demagogias y con resultados tangibles; inmediatos. Los que ayer dijeron una cosa y ahora hacen y dicen otra, ya no califican. Podrán decir misa, tornar y hasta dar payola y chayos para que su “veldad” sea nota. Pero la opinión pública está muy informada y su desquite vendrá civilizadamente en cada proceso electoral que les llegue ¡Eso si nos siguen brotando muertos!
La verdad nos hace libres y siempre sale a flote. Pese al aparente éxito de quienes han vivido de la adulación y la traición. Tiempo al tiempo.