Llegó a su fin la tan mentada fecha de los 100 días de la administración municipal. Culminó con la presencia del gobernador Moreno Valle en la ceremonia, y de algunas recomendaciones suyas muy pertinentes dirigidas a su contraparte capitalina. Al fin político, Moreno Valle hizo suyo el clamor popular de la ciudad y pidió a alcalde y regidores panistas que dejen atrás la polarización social que en nada ayuda, y que mejor redoblen el esfuerzo para cambiar la ciudad. Eduardo Rivera entendió el mensaje sin chistar, porque en términos de prudencia de eso se trata, de que ambos gobiernos hagan mancuerna y remedien los males capitalinos.
Al poco rato se sintió el cambio. Ante los medios de comunicación, el alcalde anunció que las muy ponderadas irregularidades presuntamente detectadas en el proceso de entrega-recepción son “detalles de aritmética”, corregibles antes de pasar a más. Poco antes un periódico local descubrió que los municipales no saben sumar, o que algunos de ellos actúan malamente para perjudicar a personas de la administración pasada. Los regidores panistas en “sus cuentas” confundieron 4 millones 390 mil pesos con la ingente cantidad de ¡439 millones de pesos! ¿Acaso esa es la veracidad y honradez de las cifras con las que, día tras día, se ha martillado en contra de la fama pública de Blanca Alcalá?
Se ignora hasta dónde pueda privar la mesura de las partes y se pongan de acuerdo. Lo cierto es que se trata de una confusión de cientos de millones de pesos, y que de sentirse lastimados en su imagen, los ex funcionarios de la administración anterior podrían recurrir ante instancias judiciales en demande de reparación de daño moral por difamación. Es una posibilidad que al parecer está siendo evaluada por los directamente lastimados. Todo esto porque quienes conocen el informe oficial —y lo han revisado técnicamente— dicen que su contenido dista mucho de ser lo que dicen los regidores panistas. Y para prueba lo mencionado arriba.
Y por si hiciera falta, ayer se reconoció oficialmente que la empresa encargada de hacer la revisión presupuestal de la administración encabezada por Blanca Alcalá, y que le atribuye irregularidades cercanas a los 2 mil millones de pesos, es propiedad de la familia del dirigente panista de la ciudad, Gerardo Maldonado Balvanera. La revelación involucra al alcalde Eduardo Rivera en tráfico de influencias para favorecer a correligionarios suyos.
Para la mayoría de la gente, las acusaciones de malversación de recursos en contra de la exalcaldesa, las cuales son alentadas desde el propio cabildo municipal, no tienen más fin que distraer la atención del grueso de la población, y ocultar los prácticamente nulos resultados en estos cien días de nuevo gobierno. Por ejemplo, el anunció de obra que tuvo mayor impacto en la opinión pública fue la promesa de que en su primer año de gobierno serian pavimentadas mil calles con concreto hidráulico. A estas alturas no sólo no se han pavimentado las calles correspondientes a estos cien días (unas 300), sino que el tema se volvió una especie de boomerang en contra de la administración capitalina.
Chayo news
Pues bien, que ayer una mano negra estuvo a punto de descarrilar la presentación de la Fundación Isidro Fabela. Toda la noche y parte de la mañana se la pasó amedrentando con reventar el acto, para lo cual invocaba a un grupo de porros que al parecer tiene a su servicio este personaje. Afortunadamente privó la cordura y no pasó a más, y al final quedó demostrado que el priismo poblano está unido, alrededor de sus figuras más respetadas y queridas como lo es don Guillermo Jiménez Morales, quien sin proponérselo abiertamente ayer arrancó su campaña para el Senado. El exgobernador es la gente que más se ajusta al momento que vive el priismo poblano. Nadie en su sano juicio lo objetaría. No mete ruido en el gobierno del estado porque ya no aspira a gobernador, sino senador, un puesto que no ha tenido. Finalmente, el mejor discurso, con vocación de estadista fue el de Alberto Amador Leal.