Más que un desplante, se trata de un verdadero cumplimiento. Ya que se cumplió con una serie de añejas y antiguas tradiciones, comenzando con la presencia muy grata, bien vista y bienvenida de su majestad, El Rey Juan Carlos, en la plaza de Las Ventas de Madrid el miércoles 25 de mayo, corrida, también, tradicionalmente dedicada a Alcurrucen; la primer figura en este caso francesa y mundial Sebastian Castella, alternando con Miguel Ángel Perera y confirmando el primero ante el testimonio del segundo, la alternativa del joven aguascalestence Joselito Adame, quien por presentarse a confirmar, lidió al primero de tan importante tarde correspondiéndole por tanto el grande honor de brindar su toro, precisamente a su majestad El Rey, al hacerlo, sus palabras fueron más o menos: Va por usted con el gran cariño y aprecio del pueblo de México que mucho le quiere y de ahí la pregunta.
¿La real presencia se debió a una deferencia especial por un torero mexicano confirmando en Las Ventas? O se trata de una singular coincidencia, cosa que así ocurrió, pues el detectante de la monarquía española suele acudir y sancionar con su presencia tan importante evento, tocando en suerte, este año a un joven torero mexicano con gran cúmulo de triunfos en Europa, al presentarse ahí y ante tal celebridad confirmar su alternativa de matador de toros.
Y días después ha ocurrido en el mismo albero otro acontecimiento, que de haberse redondeado hubiera sido sin duda la noticia más importante y transcendente para México en el mundo de los toros.
Me refiero a la presencia del joven coleta de Jalisco Arturo Saldívar, quien fue llamado a repetir en tan importantes plaza y feria como una sustitución, la de Curro Díaz, tarde ésta en la que Arturo confirmó, ahora no su alternativa, ante una corrida de Las Ramblas, que vino a dar con el traste en la esperanzada tarde que incluyo a Saldívar quien con su gran clase, valor confirmó —decíamos— y reafirmó, sobre todo lo que los públicos conocedores de allá y los de acá mucho saben apreciar: ese deseo ferviente y fehaciente que cuando se tiene y se sabe transmitir, abre las puertas de todas plazas y lo que es más importante, el corazón de los aficionados.
¡Deferencia real o simple coincidencia !
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