Las recientes noticias de la Delegación Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR), en relación a la consignación ante jueces de Distrito de internos de penales de Puebla —principalmente de la capital y de Cholula—, han despertado el interés informativo por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del estado.
El domingo fue un claro ejemplo: por primera vez en esta administración —y en la pasada— un comunicado desde el interior del Cereso de San Miguel fue dado a conocer. Se trató de la detención de un sujeto que en el interior de su dormitorio guardaba carrujos de marihuana para venta.
Estos mismos reportes sólo los entregaba la PGR, que hablaban de sujetos procesados por diversos delitos a quienes les fueron encontrados enervantes como cocaína y marihuana, y a quienes les iniciaron nuevos procesos, contando con la declaración del personal de seguridad y custodia que hicieron la detención.
A raíz de los reportes de la PGR, la SSP decidió adelantarse y a partir del domingo será esa dependencia, antes que la federal, la que informe sobre posibles casos de “narcomenudeo”.
Todo lo que le comento —que ahora ya existen boletines que demuestran que al interior de los penales existe “narcomenudeo”—, un servidor lo dijo una y otras veces, y la respuesta fue que “en el Cereso nada de esto ocurría”.
¿Qué dirá ahora “monseñor” Aldo Enrique, o Edmundo Ramses, quienes encabezaron cateos al interior del penal y sólo hallaron unas puntas y unas cuantas pastillas?
El “narcomenudeo” en el Cereso se debe investigar a fondo. No crea el lector que con la detención de dos o tres vendedores ya se eliminó el delito, ese negocio persiste y quienes deben ser llamados a cuentas son los exdirectores que se hicieron de la “vista gorda” ante casos que ahora asombran a la opinión pública.
El correo de los muertos….
De la protección policíaca a los de la 46
“Nos dirigimos a usted, en espera de que las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública y la Policía Estatal, pongan un freno a las actividades del mal elemento de la Uniformada, Javier Chazari Martínez, quien está implicado con el crimen organizado y pese a esto continúa trabajando como policía.
”Chazari tiene amistad con Jesús Cuautle Hernández, quien se hace pasar como policía del estado. Estos dos sujetos se dedican a regentear a los vendedores de autopartes robadas de la 46 Poniente, además de que ellos mismos roban vehículos que después venden a estos mismos sujetos, y dan pitazos a los vendedores de autopartes cuando vamos a hacer un operativo
”Este policía deshonesto no sólo se dedica a vender protección a los vendedores de autopartes, también cobra a los comerciantes que venden piratería o productos clonados en ‘La Cuchilla’, quien le entrega grandes cantidades de dinero es un sujeto que conocemos como ‘El Morris’, jefe de los vendedores informales de ‘La Cuchilla’. El dinero dicen que es para sus ‘jefes’, para que les avisen cuando sean los operativos y para que no los molestes, porque sí están enterados de que están cometiendo un delito.
”Javier Chazari Martínez siempre ha sido un policía deshonesto que no debe portar ni placa ni uniforme, nosotros como sus compañeros lo hemos visto en situaciones que son delitos, pero siempre ha dicho ser el ‘consentido’ de sus jefes.
”Hace medio año Chazari y ‘El Chapulín’, que se hizo pasar como policía, detuvieron a dos lenones que regenteaban a unas menores de edad, los llevaron hasta la calle donde están los delitos culposos y se los entregaron a un familiar de estos sujetos, que les dio medio millón de pesos.
”Pregúntele a los mandos de Seguridad Pública si le hicieron la prueba de confianza a Javier Chazari Martínez y si la pasó, por qué no le investigan la procedencia de un Seat de modelo reciente, que no se puede pagar con el raquítico saldo que devengamos.
”Es necesario, por nuestro bien y el de la sociedad, que se eliminen personas nefastas de la Policía Estatal como el policía Chazari”
Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.
En el Cereso, ¿dónde quedó la bolita?
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