¿Sabrá el gobernador Rafael Moreno Valle que esta victoria no se la puede atribuir a su “operador” Grajales y anexos lambiscones?
La convención estatal comenzó con el pie izquierdo, mal augurio para los de derecha.
Juan Carlos Mondragón sufrió un abucheo bestial al momento de ser nombrado, una muestra de que la convención estaba en su mayoría representada por personajes afines a RMV.
A pesar de la falsa seguridad que “intentó” demostrar Grajales durante estas semanas, la verdad es que diariamente se levantaba con el ceño fruncido, preguntándose cómo haría para salir avante ante tan mala operación política.
Y no era para menos, el gobernador es un hombre de una sola oportunidad.
Él lo sabía y por eso repetía en cada reunión que saldrían victoriosos, esperando ser escuchado por todos los santos.
Así fue, el domingo en votación económica el Yunque sufrió otro descalabro, 42 puestos contra los 58 de RMV.
¿Suerte? Lo dudo.
La verdadera operación política la realizó como de costumbre el operador estrella del morenovallismo, ése que pretendieron dejar sentado en la banca, al cual tuvieron que recurrir de último momento para lograr estos resultados.
¿Lo sabrá el gobernador?
Mejor aún, ¿sabrá Moreno Valle que durante la operación Grajales prometió obras a varios constructores, jurándoles que con la victoria removerían de la Secretaria de Infraestructura a Tony Gali y entraría el al quite?
Señores constructores, temo decirles que así como Grajales le vendió espejitos al gobernador, lo mismo hizo con ustedes. Tony Gali no será moneda de cambio, al contrario, goza de todas las confianzas del gobernador.
La historia de Grajales, un vendedor de espejitos
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