No hay mejor negocio que el que se maneja solo.
Eso dicen los que saben.
Ayer el diputado priista Enrique Doger presentó un punto de acuerdo en el cual exhorta al gobierno del estado para que los burócratas consuman solo café poblano.
La idea de entrada no es mala.
Lo que hay que poner en duda es que el expresidente municipal lo haga solo con la simple intenciòn de ayudar a comercializar los productos poblanos.
Pocos, muy pocos son quienes realmente se preocupan por el bienestar de los campesinos que diariamente enfrentan al abuso, robo y agandalle de quienes controlan el sector rural.
Durante las campanas políticas todos los partidos prometen a los productores que “ahora sí ganarán con la comercialización de sus productos sin intermediarios”.
Mentira más grande.
Es un hecho que Enrique Doger anda en campaña, pues no le parece mala idea convertirse en candidato a senador. Seguramente en sus constantes giras por el estado se hizo amigo, compadre o socio de un cafetalero de la Sierra Norte.
Quizá cuando se enteró de la cantidad de números que puede sumarle a su cuenta bancaria no dudo en disfrazarse de benefactor de las etnias y grupos indígenas que componen el sector y que evidentemente ha sido golpeado por todos aquellos que han tenido el poder.
Muchos quizá no lo recuerden, pero Doger Guerrero fue quien a través de la Promotora Universitaria vendió exclusividades para que en la máxima casa de estudios instalaran maquinitas de café. Las ganancias las reportaban directamente a la Rectoría su compinche Jorge Ruiz, quien era director de la Promotora y luego tesorero en el ayuntamiento encabezado por el ahora diputado.
¿Usted cree que la propuesta de Doger sea sin intereses personales? Yo tampoco.
Café con aroma a Doger
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