Una nueva carta aclaratoria llegó a la redacción de este diario, ahora para explicar la reingeniería administrativa que busca limpiar la cara del gobierno estatal.
Tras las revelaciones hechas en las columnas “Garganta Profunda” del portal Puebla Online; “Templo Mayor” del periódico Reforma y de Contracara, es evidente que se implementó una operación limpieza en la Dirección Administrativa de Comunicación Social, para borrar las huellas de este escándalo.
Esta es la carta.

Intolerancia
Enrique Núñez Quiroz
Director General

En relación a su publicación de fecha 20 y 23 de junio de 2011 en la columna Contracara, quisiera poner a su consideración las siguientes precisiones:

•    La empresa Escenika fue proveedor de ésta administración de 30 eventos desarrollados durante los primeros 100 días de Gobierno.
•    Por esos eventos se les pagó la cantidad de 3.5 millones de pesos por diversos conceptos relacionados al equipamiento y producción.
•    No existen pagos pendientes para dicha empresa.
•    El Sr. Maximiliano Cortazar no aparece en el acta constitutiva de dicha empresa.
•    Éste gobierno ha hecho de la transparencia y la rendición de cuentas una de sus principales banderas por la que rechazamos enérgicamente cualquier especulación contrario a esto.

Estando seguro que la presente misiva cuenta con información de alto valor noticioso para ustedes, no tendrán ningún problema en publicarla en prestigiado medio.

Atentamente

SERGIO RAMÍREZ ROBLES
Director General de Comunicación Social
del Gobierno de Puebla


Al respecto, vale hacer una serie de precisiones.
En la carta no se hace mención de la reunión que la contralora Patricia Leal y Eduardo Tovilla sostuvieron con los directores administrativos de todas las secretarías del gobierno, para investigar la facturación de 30 millones de pesos por parte de la empresa Escénika.
Hábilmente, intentan desviar la atención, reconociendo que la empresa en cuestión sí prestó ese servicio, pero ahora lo hacen argumentando que el costo de esos 30 eventos fue de 3.5 millones, y no de 30 millones, cantidad que fue la base de esa investigación por parte de la Contraloría.
Para resolver este espinoso tema, es muy simple contestar estas preguntas: Si realmente fueron 3.5 millones de pesos por 30 eventos, es decir 116 mil 666 pesos por evento, ¿por qué demonios iniciar una investigación urgente y exhaustiva por parte de la Contraloría?
¿Serán capaces de negar esa reunión? ¿Pensarán que nos chupamos el dedo?
Lo peor es que el día de ayer la columna “Templo Mayor” de Reforma, reveló que esta historia podría ensuciar al titular de Hacienda, Ernesto Cordero, por un supuesto fondo para la campaña presidencial.
Quizá esto último explique la verdadera razón de la carta aclaratoria.

La paranoia de Canales
El conductor del noticiero cómico de Ultra, Fernando Canales, entrevistó el día de ayer al secretario de administración Cabalán Macari como parte de un carrusel de medios en donde el funcionario morenovallista presumió ahorros sustanciales en lo que va del naciente sexenio.
Fiel a su estilo, Canales intentó lucirse ante Cabalán, asegurando que él nunca ha hecho negocios con ningún político, por lo que eran una total mentira las acusaciones de Enrique Núñez.
A diferencia del iracundo conductor Cabalán mostró mesura, y sin comprar el pleito de su entrevistador dijo que él respeta a los periodistas.
Según Canales yo lo acusé de haber hecho negocios, y se desgarró las vestiduras jurando ante sus ilusos radioescuchas que él nunca ha hecho un solo negocio con los políticos.
Salvo algún despistado, difícilmente alguien le puede creer su abierta confesión, toda vez que su pasado lo persigue.
Las plumas de Alejandro Mondragón, Mario Alberto Mejía, Zeús Munive y otras han descrito a la perfección el negro historial del “impoluto” conductor.
Según Fernando Canales no le interesa lo que se escribe de él, aunque los hechos delatan lo contrario.
Fue relevador que ante la primera oportunidad, nuestro personaje haya salido a justificar lo que todo mundo sabe de él.
Bien apunta el dicho: “explicación no pedida, acusación manifiesta”.