Exactamente a un año de haberse celebrado el proceso electoral en Puebla, en donde el PRI fue masacrado por las fuerzas de una coalición integrada por el PAN, el PRD, Convergencia y Nueva Alianza, la situación en el plano nacional para el expartidazo giró diametralmente.
Los triunfos del tricolor en Nayarit, Coahuila y el Estado de México, son una inyección moral en vísperas a lo que será la madre de todas las batallas.
Muchos operadores políticos en desgracia después de la derrota de Puebla, recibieron una bocanada de oxígeno el pasado domingo, luego de estar apestados en su estado natal.
En el Estado de México, al lado de las fuerzas de Eruviel Avila y del gobernador Peña Nieto estuvieron Jorge Estefan Chidiac, quien vive un exilo dorado en el CEN del PRI, por lo que ayer fue uno de los grandes ganadores de la jornada. Dentro del ejército de Estefan estaban también las poblanas Enoé González Cabrera y América Soto.
Otro es el vilipendiado Javier López Zavala, quien tuvo bajo su mando la responsabilidad de operar siete distritos en el vecino estado y entregó buenos resultados en los municipios de Ixtapaluca y Chimalhuacan. Al lado de Zavala estuvo el coordinador de los diputados del PRI, José Luis Márquez Martínez.
Un poblano al que no hay que perder de vista —el cual lleva una racha impresionante de victorias electorales— es el joven Gerardo Islas, quien trabajó en el Estado de México al lado de Eruviel Avila como coordinador de Comunicaciones y organizó el cierre en Ecatepec, la fortaleza del hoy ganador de la contienda en esa entidad.
Islas ya tiene una racha muy importante de triunfos: en Puebla al lado de Moreno Valle, en Guerrero en apoyo del gobernador Ángel Herrera y ahora en el Estado de México con una impecable operación política.
En Nayarit tres poblanos operaron con Roberto Sandoval: Alejandro Armenta Mier, David Huerta y Víctor Díaz Palacios.
La victoria priista en esos estados es sólo una inyección de ánimo y nada más. Aún le resta mucho camino a este partido en su sueño de regresar a Los Pinos, pero a un año de haber sido arrasados en Puebla, al menos hoy ya tienen algo que celebrar.
La coalición que llevó a Rafael Moreno Valle Rosas al gobierno de Puebla se desmorona. Hoy, el Panal, PRD, Convergencia y el PAN se destrozan en el Congreso local, y esto se acentuara más cuando se aproxime el 2012.
El caso Aréchiga
Ayer el presidente del Congreso local, Guillermo Aréchiga y personal del Poder Legislativo, fueron sorprendidos operando en la elección extraordinaria de Tecunipan, la cual fue ganada por Acción Nacional.
De inmediato, vía Twitter el líder de Convergencia, José Juan Espinosa Torres, pidió la renuncia del presidente de la gran Comisión, quien de inmediato se defendió por la misma vía y alegó que sólo fue a visitar a sus compañeros aliancistas y que lo hizo en su propio vehículo.
Lo cierto es que la presencia del líder del Congreso local en pleno proceso extraordinario es una completa imprudencia, sobre todo si se dice que previa a su visita a Tecuanipan se vieron cientos de licuadoras resguardas en las oficinas del Congreso.
El propio líder estatal del PAN, Juan Carlos Mondragón Quintana, denunció la presencia de operadores de Nueva Alianza, operando a favor del candidato del partido magisterial en Tecuanipan.
Al menos de algo sirvió la operación de Aréchiga, pues Nueva Alianza se alzó con el triunfo en Tecuanipan.
Nueva ola de despidos
En la administración estatal es un secreto a voces que se avecina una nueva ola de despidos a partir de esta semana.
Se habla de que serán más de mil trabajadores los que dejen sus cargos, acusados de haber recibido una oportunidad y seguir operando a favor de la administración marinista.
La gran ironía es que a pesar de que muchos de estos trabajadores se volcaron hace un año a favor de la coalición Compromiso por Puebla, el hoy gobernador Rafael Moreno Valle les ofreció en el mitin celebrado fuera de las oficinas de la Secretaría de Finanzas que iba a respetar sus fuentes de trabajo, ahora perderán sus empleos.
Las elecciones y sus repercusiones
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