Aunque el nuevo gobierno presuma que está cumpliendo su palabra al haber entregado su primera partida de recursos para las mujeres, la realidad es que es una auténtica tomada de pelo.
De entrada, anunciaron la entrega de mil pesotes para 500 mujeres, en cumplimiento de la promesa de campaña en donde aseguraban entregarían “créditos a la palabra” para que las mujeres iniciaran su propio negocio.
Y efectivamente, en cumplimiento a su palabra el gobierno entregó mil pesotes, con un cómodo interés a tres meses de 40 pesos.
Así como usted lo lee.
Seguramente usted se está haciendo las mismas preguntas que este columnista.
¿Para qué diablos sirven mil pesos?
¿Qué negocio van a poner?
¿Qué negocio te permite recuperar la inversión en tres meses?
Se me ocurre que pueden comprar un brasero, un comal y un cilindro de gas.
O en su defecto, una caja de mazapanes, una de chicles y una de paletas.
Y en el peor de los casos, una receta médica, un rebozo y una muñeca de plástico.
En el mejor de los casos, en Puebla tendremos 500 memeleras, vendedoras y pordioseras en las esquinas.
¿O acaso alguien tiene una mejor idea para ocupar esos mil pesos?
Es indignante esta burla a las mujeres poblanas.
Pero vayamos más lejos.
A todo lo anterior, hay que cuestionar sobre el costo del evento en el que se realizó la entrega, además de lo que gastarán en la campaña para promover esta gran acción de gobierno.
No sería raro que terminen gastando más en eventos y campañas, que en los “préstamos a la palabra”.
¿Y los préstamos a los viejitos?
Ésa, esa es otra historia.
Cambio da el primer paso
Debo reconocer el esfuerzo que realizó el periódico Cambio al certificar sus diversos procesos editoriales, como el tiraje y circulación de su versión impresa, así como del tráfico generado por sus portales de internet.
Ahora nos corresponde a los demás medios —impresos y electrónicos— seguir el mismo camino y demostrar legalmente nuestras fortalezas.
Más allá de las exigencias del nuevo gobierno para programar sus campañas publicitarias, este tipo de ejercicios nos permitirán transparentar el verdadero poder de los medios poblanos, de cara a nuestros lectores y cibernautas.
Que cunda el buen ejemplo, y a seguir los pasos del “Nigromante”. Enhorabuena.
La burla del ‘crédito a la palabra’
PUBLICIDAD