¿Le gustaría que la escuela en dónde estudia su hijo se abriera los fines de semana para el público en general?
Se lo pregunto porque el viernes pasado, el diputado panista Julio César Lorenzini Rangel propuso que aquellas instituciones educativas que cuenten con instalaciones deportivas “decentes”, abran los fines de semana para que los poblanos las utilicen.
Sí, así como lo lee.
En un punto de acuerdo que fue turnado a la Comisión de Educación, Cultura y Deporte, el inexperto político solicita a la SEP que en caso de que algunas escuelas cuenten con personal suficiente para vigilancia, le preste sus canchas de fut, basquet, voleibol, áreas verdes y cualquier espacio al aire libre a los poblanos para que vayan el sábado y el domingo y las utilicen como parques públicos.
¿Por qué no?, se preguntó el expriista, si lo importante es tener dónde ejercitarse, ir de picnic o echar novio.
Lo que no se cuestionó el flamante diputado es lo que esta decisión provocaría a las instituciones educativas, a los menores y por supuesto a los padres de familia que en la mayoría de las veces pagan los platos rotos por la falta de recursos y la ineficiente educación pública que debería ser gratuita, como lo establece la Constitución.
Primero, el desgaste de las instalaciones deportivas y áreas verdes de las escuelas, que para ser honestos en su mayoría no están a la altura de lo que merecen los niños.
¿Qué pasaría si esta “i-de-o-ta” se aplicara por parte de la SEP?
Quizá el lunes siguiente al fin de semana que estuvo abierta amanezca la escuelita sin una o ninguna de las dos computadoras que en promedio tienen algunas; o sin butacas o pizarrones o algún cristal roto.
¿Quién sería el responsable?
¿El diputado asumiría las consecuencias?
O sin llegar a los actos de vandalismo o delincuencia —que según las autoridades no son tan graves en Puebla—, imagine la escuela de su hijo grafiteada no sólo en el exterior, sino también en interiores. ¡Digo!, para que combine con lo de afuera, ¿no?
O a qué olerían los sanitarios el lunes que llegaran los niños a la escuela, luego de que durante dos días personas —que en algunos casos no tienen la mínima cultura de higiene— los hayan utilizado como baños públicos.
Le preguntaría al joven legislador qué instituciones en Puebla cree que tengan los recursos económicos para ampliar la vigilancia los fines de semana, cuando para todos es sabido que de no ser algunos Centros Escolares, el resto de las escuelas en la entidad no tienen siquiera dinero para personal de seguridad que resguarde a los niños mientras están en clases, que debería ser lo más importante.
Con este “grandioso” punto de acuerdo, Lorenzini Rangel no sólo demostró falta de capacidad legislativa, sino su evidente ignorancia respecto a la educación y seguridad de los menores de edad.
Esperemos que los diputados que integran la Comisión de Educación Cultura y Deporte. hagan lo correcto y desechen esta reverenda estupidez.
Ideotas legislativas
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