Si a Oswaldo, el niño que le estalló un artefacto explosivo entre las piernas cuando estaba jugando en una zona de pastoreo de la región de Petlalciongo, le hubieran dicho que tuviera precaución, que al Ejercito o al crimen organizado les da por “dejar olvidadas” granadas o explosivos, tal vez no estaría en este momento tratando de iniciar una vida con una sola pierna y un brazo.
Lo de San Pedro Cholula es igual que lo de Petlalcingo, con la diferencia de que en el primero, de acuerdo al secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado, son instrumentos de disuasión, es decir para disolver un grupo; y el segundo fue un artefacto que casi fragmentó a un niño.
Pero en ambos casos se trata de implementos de uso policiaco y del crimen organizado que son “olvidados” a la deriva, como cuando alguien tira sus “calzones viejos”.
En el caso de Petlalcingo, el “artefacto explosivo” fue hallado en el piso por un menor que no se dio cuenta de que se trataba y comenzó a jugarlo; en el segundo caso —por suerte— las dos granadas lacrimógenas fueron halladas poco después de las 2:00 horas en una calle casi solitaria. ¿Qué habría pasado si alguien que no conoce su uso las encuentra y las detona?
En el caso de Petlalcingo no se ponen de acuerdo si el explosivo pertenecía al Ejército mexicano o al crimen organizado, tomando en consideración que justo en esa zona de pastoreo elementos de las fuerzas castrenses realizaban sus prácticas militares.
En el caso de las dos granadas —una F-16 CN, compuesta por gas lacrimógeno, y un proyectil número 14 CN, también compuesto por gas lacrimógeno—, ¿por quien fueron olvidadas?
Un civil no puede estar en posesión de ese tipo de explosivos porque no sabe cómo usarlos o quién se los pueda vender. Una organización política tampoco los usaría porque lo suyo son las “bombas molotov”, entonces queda la Policía, el Ejército y el crimen organizado como posibles propietarios.
En caso de ser los dos primeros, las armas cuentan con un número de serie con el que se puede hallar a quien las tenga a resguardo. En el caso del crimen organizado, estos simplemente las compran en el “mercado negro”.
Si lo que dice el secretario de Seguridad Pública es cierto, que “en Puebla no hay presencia del crimen organizado” entonces las dos granadas o son de la Policía o son del Ejercito. En cualquiera de los dos casos es un “olvido” demasiado grave, que debe tener alguna consecuencia.
Eso sí, habría que olvidarse que un reporte de los mismos vecinos donde fueron hallados los dos artefactos, fue el que indicó que los tripulantes de un vehículo Hummer los habían arrojado y luego habían escapado. La zona de la 4 Sur y 17 Poniente del barrio de Tecama no estaba tan solitaria. De ser así, ¿quién hizo el reporte?

El correo de los muertos
Premio al Mérito de Seguridad a Juan Luis Galán Ruiz
“El Director de la Policía Ministerial de Puebla, Juan Luis Galán Ruiz, recibió el Premio al Mérito en Seguridad por parte de la Asociación Nacional de Locutores y su Consejo Nacional de Seguridad, en reconocimiento a su labor en el combate a la delincuencia en bienestar de la ciudadanía.
”En una ceremonia que se efectuó en la ciudad de México, la presidenta de la Asociación Nacional de Locutores, Rosalía Buaun Sánchez, hizo entrega de la presea ‘Jorge Miguel Aldana Ibarra’ —destacado policía y exdirector de Interpol México— con la que se reconoce el esfuerzo de policías y servidores públicos que a diario arriesgan su vida y a sus propias familias al servicio del país.
”En el mismo acto, el procurador de Justicia del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, también recibió el galardón que se otorga de acuerdo a la opinión de los cerca de 12 mil locutores afiliados a la Asociación vicepresidida por Federico Lamont Campos.
”Durante la entrega de reconocimientos se destacó la importancia de realizar, autoridades y el gremio de locutores, un trabajo conjunto y objetivo por la seguridad y bienestar común que demanda la ciudadanía”.

Hasta aquí el comunicado

Nos vemos cuando nos veamos
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