Desafortunadamente se confirmó la noticia del asesinato de Thalía Martínez Ramírez, estudiante de la Facultad de Ciencias de Comunicación de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
El sábado se sepultaron sus restos, luego de que familiares fueron notificados por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) sobre el positivo en la prueba de ADN realizada el cadáver hallado en el kilómetro 12 de la vía Atlixcáyotl.
El cuerpo fue velado en el mausoleo de los velatorios Valle de los Ángeles. Cabe señalar que el cadáver no fue cremado, ya que las autoridades sugirieron exhumarlo para continuar las investigaciones.
Lo que se sabe es que hay dos sospechosos de este crimen: su novio Diego Alonso y un amigo del estado de Tlaxcala, quienes ya rindieron declaración.
Diego Alonso es hijo de Margarita Alonso Huerta, comandante de la Primera Comandancia de la Policía Ministerial, por lo que sin duda esta investigación será la primera prueba de fuego para la justicia del gobierno de Rafael Moreno Valle y para el procurador Víctor Antonio Carrancá.
Y es que el caso ha conmocionado la vida universitaria y a la sociedad. Incluso el arzobispo Víctor Sánchez Espinoza exigió el pronto esclarecimiento del crimen.
Los ojos de Puebla estarán pendientes.

Business
No cabe duda que la política es la política, y que el negocio, es business.
Y si no pregúntenle a las trabajadoras del jardín de niños Andersen, ubicado en la colonia San Manuel, quienes están siendo despedidas.
Hasta el momento han sido “renunciadas” siete personas, casualmente todas mujeres.
A todas y cada una les han dicho que los despidos se deben a que ya no pueden mantener el plantel, por lo que no abrirá el próximo ciclo escolar.
Las trabajadoras despedidas están esperando un finiquito conforme a la ley, pero pasan los días y empiezan a entrar en desesperación al no ver lo prometido.
La mayoría son madres solteras y embarazadas, quienes simplemente piden una justa resolución.
Muchos padres de familia también fueron avisados —apenas— de que ya no abrirá el plantel, a pesar de que ya habían pagado inscripciones.
Sin embargo, esta situación no llamaría la atención de no ser por la dueña del kínder.
Y es que es irónico que Sandra Montalvo, regidora de la Comisión de Equidad de Género en el ayuntamiento, defienda a las mujeres en cabildo y las despida sin darles lo que les corresponde conforme a la ley.
Todo pareciera indicar que su esposo Jorge Ruiz Romero, extesorero del ayuntamiento y de la Universidad Autónoma de Puebla, no le echó la mano ni económicamente ni en capacitación para llevar las finanzas del kínder.
Ojalá que las cuentas les alcancen para pagar los justos finiquitos.

Un negrito
Desde hace unas semanas el equipo de rescate acuático de la Croix Rouge Puebla, realiza prácticas en las albercas del complejo deportivo de Ciudad Universitaria, gracias al apoyo incondicional de la UAP.
El apoyo consiste en cobrarles menos de la mitad por la entrada para que puedan prepararse para salvar vidas.
Pero nunca falta una “mente brillante” o “aprendiz de jefe” que quiera hacer valer su ley.
Tal es el caso del coordinador del inmueble, quien en las últimas prácticas se la ha pasado bloqueando a los rescatistas, al grado de que les prohíbe que se metan a la fosa de cinco metros de profundidad “para evitar accidentes”.
¿No sabrá que para eso mismo se preparan?

La anécdota de la semana
Durante la semana pasada, el diputado priista por Zacatlán, José Luis Corichi, fue abordado en su silla de ruedas por la presidenta de una organización de minusválidos para que le comprara unas galletitas en apoyo de su movimiento.
Luego de varios y largos minutos el diputado cedió a comprar un paquetito de 10 pesos. Luego de la ardua negociación, la activista le regaló otro paquetito para que se lo llevara a su familia.
¡Saz!... Cachetada con guante blanco.