Su historia es tan pintoresca como él mismo. Se ha ganado a muchos enemigos por su estilo personal de operar.
Está más pegado a la Blackberry y al Twitter: "Estás mintiendo", "es tú impresión", "lo niego, lo niego y lo niego, jajaja", que en su oficina.
Recientemente negó una reunión de su jefe, pero a las dos horas en su área mandaban un boletín que confirmaba el encuentro.
Nadie sabe a ciencia cierta de dónde vino y qué pretende. Sólo se sabe que está ahí para llegar a las conferencias de prensa a provocar.
Está ahí para “trolear” (verbo acuñado en Twitter que significar joder la joroba). Imaginen a uno de los trolles de Harry Potter o del Señor de los Anillos, pero en versión a la mexicana, para que me entiendan.
Los que lo conocen le dicen de cariño "El Chupachai".
Los mismos que lo conocen saben que se desquicia. Se torna en mil colores cuando le dicen en un tono muy internacional, así como muy británico, pero ante todo cálido: "Qué pasó mi Chupachai" o "Ese mi Chupachai". Y es que él jura y perjura que no es “El Chupachai".
No, aún no descubrimos el origen de tan rimbombante apelativo.
Se dice consultor aunque nadie lo reconoce como tal.
En los círculos de la gerencia política las vacas sagradas no tienen idea de quién es aunque él presuma de codearse con los grandes.
No obstante, cuando alguien hace referencia sobre su persona la respuesta es "¿El Chupachai? Ah, vamos El Chupachai. Tú hablas del Chupachai".
Su carrera inició en el gobierno de Fernando Canales Clariond. Ahí dio el salto como un agregado en la embajada Bélgica, donde fue víctima de una acusación por parte de su empleada doméstica, aunque al final salió exonerado, no así su exesposa pues la susodicha gata la acusó de secuestro.
No obstante a la respectiva exonerada, el escándalo sí existió por lo que se vio obligado a regresar a México y consiguió trabajo como director en la Secretaría de Economía cuando su padrino Canales Clariond se hizo titular de esa dependencia con Vicente Fox.
Su paso en Economía del Chupachai fue Fast Track. Es decir, duró muy poco y es que a los pocos días que fuera contratado llegó a correr a casi todos sus empleados.

Gritos y sombrerazos
Los despidos fueron tantos, que prefirieron mandarlo al área anhelada por todos los que se dedican a la administración pública: la de asesores, es decir, el área de “mucho ayuda el que no estorba”.
Y ahí como aviador, perdón, como asesor, ya no generó más molestias.
Posteriormente “El Chupachai” estuvo en Semarnat y fue conocido por confrontarse directamente con las organizaciones NO gubernamentales ¿en dónde creen? Sí, en sus ruedas de prensa y actos públicos que organizaran en contra del gobierno en turno.
Ahora llegó a Puebla con su carta de exoneración por parte de la fámula bajo el brazo y la muestra a la menor provocación.
Su primer acto de gobierno fue subirse al Twitter y negar todo. Acusar a todos. En una actitud muy rijosa.
Hay quien afirma que ordenó a sus empleados que hagan sus cuentas y que le sigan el juego de atacar periodistas, de desgastarlos, pues a la larga se pretende que él reciba los golpes, en una especie de pararrayos.
¿Servirá su estrategia de confrontación?

Twitter @eljovenzeus360