La poderosa madrina de Puebla, la misma que hace gobernadores, impone secretarios de Educación y que dicta las políticas educativas de este ignorante país, es —de manera inexplicable— una de las maestras más ricas del mundo.
Una investigación del portal Animal Político titulada “¿Cuanto gana ‘la maestra’ como maestra?”, arroja datos por demás reveladores.
De manera práctica, los periodistas acudieron a la página oficial de la SEP, para consultar la nómina y conocer el salario real de Elba Esther Gordillo, así como de algunos de funcionarios y familiares más cercanos.
De esta forma, además de los salarios obtuvieron documentos con datos sobre las características de las plazas, ubicación, si el profesor está activo o jubilado y si ha participado en concursos de plazas en la carrera magisterial.
En este padrón se especifica que la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tiene un sueldo mensual de 23 mil 900 pesos.
Además, en la nómina del mismo centro de trabajo también figura su hija Maricruz Montelongo Gordillo, quien por dos plazas como maestra de primaria obtuvo 64 mil 306.86 pesos.
En esa misma nómina aparecen el exesposo de Gordillo, el profesor Francisco Arriola Urbina, con un ingreso trimestral de 49 mil 541.40 pesos; y su exyerno, René Fujiwara Apodaca, con 84 mil 645.12 pesos por una plaza de profesor de enseñanza tecnológica.
Regresando a la Gordillo, a lo largo de 40 años de trabajo —y tomando como base su actual salario mensual— la señora ha cobrado como maestra una cantidad cercana a los 11.5 millones de pesos.
Evidentemente, sus ingresos oficiales no concuerdan con la multimillonaria fortuna que diversos medios y columnistas han mencionado.
Según Reforma, los bienes inmuebles de Elba Esther Gordillo tan sólo en el Distrito Federal, rondan los 80 millones de pesos.
Esto sin citar las residencias en San Diego California, las cuales fueron denunciadas por el semanario Proceso en el mes de agosto de 2003.
Partiendo de la base de su salario oficial, y de las propiedades que aparecen a su nombre en el registro público de la propiedad, no me explico cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido iniciar una investigación seria sobre enriquecimiento ilícito.
O mejor dicho, sí me lo explico. Todos se lo explican, pero nadie se atreve, ni se atreverá a actuar.
Lamentablemente, en Puebla la maestra tiene hoy metida la mano y hasta el codo en el suculento pastel estatal.