Sin tempo a equivocarme, la retadora postura que ha tomado el actual gobierno estatal en contra de la libertad de los periodistas, está íntimamente ligada a la falsa creencia de que los medios —sobre todo los impresos— tienen una limitada penetración, y que no le pegan en sus mediciones de imagen.
Valdría la pena que recapacitaran sobre el cambio de concepto que muchos de los poblanos ligados a los círculos de poder tienen actualmente del grupo político que gobierna Puebla.
Por supuesto que ha cambiado, y esta percepción avanzará hasta los otros círculos ciudadanos, conforme avance el sexenio.
Es ley de vida.
El costo del poder es muy caro, y en esos cambios de percepción participan —de manera activa y directa— los medios impresos, y ahora las redes sociales.
Y conste que ésta no es una reflexión del columnista, sino el resultado de estudios serios en materia de mercadotecnia política.
Pero vayamos más lejos.
Si los sueños presidencialistas de Rafael Moreno Valle son reales, en poco o nada le ayudará su política de comunicación, particularmente cuando los periodistas nacionales conozcan las prácticas represoras del gobernador poblano.
Si algunas de las plumas de esta aldea le resultan incómodas, las de la capital le van a parecer brutales.
En contraposición, todos estos antecedentes provocarán que la prensa nacional lo espere con la pluma afilada, ya que esos perfiles de políticos son los escogidos como blanco predilecto de sus críticas.
No todo es Televisa, ni Televisión Azteca. La voz está corriendo, los periodistas del centro del país empiezan a enterarse de lo que sucede en Puebla, con las consecuencias naturales que esto implica.
Sin duda, las prácticas represoras de hoy podrían cobrarle una costosa factura cuando intente cuajar su proyecto presidencial.
Y si no, al tiempo.

De la Rosa, otro resbalón
Como ya se va haciendo costumbre, el líder del PRD volvió a irse de boca, y ahora escupió pa’rriba, al cuestionar decisiones de su propio partido, mismas que le van a crear un serio conflicto. Veamos.
Resulta que la noche del miércoles, Miguel Ángel de la Rosa Esparza envió un boletín de prensa a nombre de su partido para cuestionar a la diputada Leticia Quezada Contreras, quién en la Comisión Permanente presentó un punto de acuerdo para solicitar que se detengan las obras del viaducto Zaragoza.
De la Rosa Esparza prácticamente tachó a Quezada Contreras de una “ignorante” que desconoce Puebla, y el dirigente habló como especialista de las bondades de la obra, del empleo, inversión, etcétera.
Este jueves, los diputados federales reaccionaron en la ciudad de México, ya que la legisladora es la vocera oficial de la fracción del PRD, y el documento que presentó no fue a título personal, sino que era respaldado hasta por gente de Nueva Izquierda.
En menos de dos semanas, ha tenido dos resbalones: primero al decir que son mejor 22 meses de ingobernabilidad que cuatro años y medio; y ahora desconoce nada menos que a la voz oficial de los diputados federales de su partido.
De la Rosa Esparza quería poner candidato para sucederlo, pero ahora la gente de Nueva Izquierda prefiere no quemarse con él.
Lamentablemente para la debilitada izquierda poblana, su líder va de mal en peor.

De la boda real
El día de ayer, mi compañero columnista Ricardo Morales dejó entrever la realización de la esperada boda de Fernando Manzanilla con la hermana del gobernador.
Recuerdo que en campaña le hice una entrevista al entonces candidato respecto a su cuñado, amigo y coordinador de campaña, y ahí me externó su postura. Valdrá la pena hacer un recuento de esa plática radiofónica.