Dicen que es pastor.
“¿Alemán?”, preguntan algunos al contemplar al “dirigente” estatal del PRD, Miguel Ángel de la Rosa Esparza cada que funge como defensor y cancerbero del actual sistema.
“No, religioso”, es la respuesta.
Y desde el púlpito de la política ha generado muchos problemas y enconos al interior de lo que queda de su partido.
De entrada, traicionó al Sol Azteca porque a pesar de que la línea en la Cámara de Diputados —a través de la diputada Leticia Calzada— es oponerse al Rafa-Puente en la zona de Los Fuertes porque aseguran atenta contra el Patrimonio de la Humanidad, este prelado prefiere asegurar sus chambitas aquí en Puebla.
Según fuentes bien informadas, cuentan que este buen pastor, presuntamente, recibe dinero para su rebaño de algunas nóminas ligadas a instituciones para adultos mayores. Y con el dinero recabado ya ha logrado, incluso, comprarse varios caballos pura sangre. Dicen que sólo le falta el rancho para lucirlos, pero ya saben: con la ayuda de Dios, todo es posible.
Además, este pastor del perredismo está a punto de darle la espalda a Luis Miguel Barbosa Huerta, el verdadero dueño del perredismo poblano desde 1998, pues De la Rosa Esparza quiere imponer como su sucesor a Gabriela Viveros, su asistente personal.
Barbosa, por su parte, quiere llevar a rango de dirigente al diputado Erick Cotoñete.
Aunque De la Rosa trata de engañar a Barbosa haciéndole creer que su verdadero candidato es Cotoñete, hace todo porque la señorita Viveros sea la nueva presidenta, y si cuenta con el apoyo del gobierno, entonces por qué no.
El punto más escandaloso fue cuando el regidor perredista poblano David Méndez se opuso a la construcción del Rafa-Puente y buscó el apoyo de la dirigencia estatal para que junto con el INAH, investigadores y académicos frenaran la obra, pero el dirigente estatal fingió demencia.
David Méndez entonces buscó ayuda de la diputada Leticia Calzada y ella, en la Tribuna de la Cámara baja del Congreso de la Unión, pidió un punto de acuerdo para exhortar al gobierno morenovallista para no realizar la obra. El PRD nacional tomó el tema como suyo.
El pastorcillo prefirió llevar sus ovejas a otro rancho, pues De la Rosa le dio la espalda a su partido y como buen líder religioso prefirió estar con Dios que con el diablo, pues a la larga sabe que deja muchos más dividendos; claro, para su congregación dominical.
No es la primera vez que este pastor actúa más como un lobo con piel de oveja, pues hay que recordar que él fue el primero que dijo hace casi año y medio: “si el PRD se alía con la derecha, renuncio”.
Al poco tiempo y una vez que el grupo de Nueva Izquierda promovió la alianza con el PAN para las elecciones estatales, De la Rosa fue el primero que se subió al barco del morenovallismo y como buen converso ahora se mantiene listo para que le avienten una buena chuleta desde el poder.
Desde las oficinas del PRD estatal —compradas hace casi 20 años por el gobierno priista de Piña Olaya— De la Rosa prepara todo para ahora convertirse en el nuevo cacique del partido del Sol Azteca. Y si no, para apoyar a Nueva Alianza.
Y ahí, en la sede justo enfrente de la Arena Puebla se inspira, suspira, y con un cuadro enorme de Benito Juárez que mandó a comprar, una Biblia y los estatutos de su partido, espera paciente para dar el golpe a quien lo llevó al poder (léase Barbosa Huerta) y así vivir seis años esperando como buen pastor (“alemán”), ese jugoso trozo de carne que siempre avienta el poder.
Ya lo dijo Manuel Bartlett en otro tiempo: “el PRD es lo de menos, regálales una camioneta y verás cómo se pelean entre ellos”.