La lucha por el control del PAN ya inició. Se escuchan a lo lejos los tambores de guerra que llaman y que claman por saber quién tiene el poder.
El gobernador Rafael Moreno Valle, pensó que al arribar a su puesto se convertiría en una suerte de primer panista de Puebla y que, como en el PRI, todos se sumarían a sus decisiones.
Pero no ha sido así.
Un grupo numeroso de panistas se niega a repetir el esquema del PRI y prefirió darle la espalda al mandatario poblano al no asistir a la sesión del Consejo Político Estatal del PAN, del sábado pasado.
Y es que los mensajes que se han enviado a la militancia —desde el principio de la semana pasada— han sido desafortunados.
Quedó clara la andanada en contra del alcalde Eduardo Rivera al criticar, veladamente, sus “obras pequeñas” y retirar a los policías del municipio.
En segundo lugar, Moreno Valle no supo operar la reunión entre los consejeros de su partido, el pasado viernes en Las Bodegas del Molino, al aventarse Ángel Alonso Díaz Caneja contra el edil poblano y el presidente del partido blanquiazul, Juan Carlos Mondragón.
La militancia panista está molesta con el gobernador porque son muy pocos los que alcanzaron un puesto en esta administración y porque saben que el verdadero poder es de Elba Esther Gordillo.
Muchos panistas poblanos tampoco piensan sumarse al candidato del gobernador, Luis Ernesto Cordero. Las preferencias de la militancia están principalmente con Josefina Vázquez Mota y de forma muy lejana con Santiago Creel.
Además, hay albiazules que no quieren que Juan Carlos Mondragón le deje el espacio a un morenovallista.
Los ataques en contra de Eduardo Rivera también vienen a sumarse a esta enorme lista de choques con la militancia, pues hay que recordar que una vez que Francisco Fraile dejó el cetro del líder moral en Puebla, quien lo tomó fue el alcalde de la Angelópolis.
El equipo morenovallista ha buscado —con todos los medios a su alcance— mermar la imagen del alcalde poblano.
Y se sabe que son dos las principales razones de la confrontación con Rivera: primero porque el edil se negó a ceder el manejo de la obra pública y segundo porque tampoco quiso sudar “calenturas ajenas” y decidió no sumarse a los conflictos que tiene el gobernador con algunos sectores.
¿Quién ganará? ¿El poder o la militancia? Esto se verá cuando se elija al nuevo líder y se lleven acabo las elecciones internas para diputados y senadores.
Ahí se cobrarán facturas.

Sedesol y la de La Franja
Y hablando de la rebelión de los vencidos, cuentan que en la Sedesol, el coordinador jurídico de la dependencia, Fernando Sarur, ya está haciendo de las suyas. Resulta que aunque era recomendado del recién despedido subsecretario Antonio López (este último cercano a Miriam Arabian) negoció su permanencia con el titular de la secretaría, Nestor Gordillo.
Se sabe que ofreció mocharse con el 30 por ciento de su sueldo mensual —que es de aproximadamente 40 mil pesos—, para la campaña que iniciará el tal Gordillo en unos meses, cuando busque ser diputado federal.
No obstante, el joven Sarur no piensa poner su salario él solo, pues ya giró instrucciones para que su personal colabore “de la manera más atenta” con el 10 por ciento.
Y lo peor es que anda diciendo que  —ya se imaginarán—  “por instrucciones del secretario Gordillo”.
Hágame usted el “favrón cabor”. Así que si quiere colaborar con la charola del señor Nestor Gordillo, busque a Fernando Sarur, quien por cierto no es poblano y viene de Veracruz, pues trabajó para la administración de Fidel Herrera.