Reflexionando sobre el viaje que realiza el gobernador Moreno Valle por Alemania, y partiendo de que los principales objetivos son atraer inversiones y nuevas industrias para Puebla, me parece inexplicable la ausencia del secretario de Economía Trabajo y Competitividad, Pablo Rodríguez Regordosa.
Por más que le busco, no encuentro un motivo real que justifique el hecho de dejar en Puebla al titular de la dependencia encargada del fomento económico.
Salta a la vista que el único panista del gabinete dejó de ser uno de los hombres del impenetrable círculo morenovallista.
Imagínense a ustedes al gobernador Moreno Valle codeándose con la crema y nata del empresariado alemán, sin que esté ahí el secretario responsable de la atracción de capitales y la creación de fuentes de empleos.
Una de dos: o Pablito Rodríguez no tiene visa, o el gobernador sintió innecesaria su presencia en su gira por Europa.
Y como para entrar a tierras teutonas no se requiere de visa, me queda claro que hoy por hoy Pablito es un cero a la izquierda dentro del gabinete morenovallista.
Algo debe haber sucedido para que Pablito fuera relegado de un viaje de supuesta relevancia para el gobierno estatal.
Por increíble que parezca, el gobernador prefirió llevarse a su secretario de Turismo, antes que subir al avión al Rodríguez Regordosa.
Quizá a eso obedezcan las declaraciones de Pablito, quien desde el martes intentó curarse en salud, asegurando que el gobierno del estado no pierde el tiempo, y que desde ahora trabajan para regularizar cerca de 500 hectáreas en los alrededores de VW.
Sólo falta que en la próxima carta aclaratoria, el “voz-cero” me diga que Pablito se quedó a regularizar los terrenos para la nueva planta de Audi.
Para su mala fortuna, es evidente que lo dejaron por no ser más de la cúpula morenovallista.
Lo que se ve, no se juzga.

Sport Billy ronda Puebla
Dicen que cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta. Y eso exactamente sucedió en Puebla con el viaje del gobernador.
Un ejemplo lo tenemos con el tristemente célebre Sergio Ramírez, quien aprovechó la ausencia de su jefe el gobernador para hacer acto de presencia en el Sport City de plaza Palmas.
Enfundado en unos coquetos shorts y playera deportiva, el “voz-cero” arribó en horarios de oficina a las modernas instalaciones del gimnasio favorito de los políticos morenovallistas, supongo que para intentar sudar la gota gorda.
Después de tres pedaladas, el regordete funcionario desistió y prefirió sentarse en la sala de descanso para dar rienda suelta a su obsesiva afición por la Blackberry.
Tras poco más de una hora de intensa sesión, en donde más que calorías quemó megabites, el “voz-cero” se limpió el sudor y tomó camino a la puerta para continuar con sus arduas actividades.
Bien por los hombres del cambio.