Cuando Ardelio Vargas Fosado, el secretario de Seguridad Pública del Estado (SSP), informaba de la detención de cinco “narcomenudistas” especializados en la distribución de heroína, un dejo de molestia pasaba por su mente, pues tuvo que reconocer que esta columna había dicho la verdad: elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) están vinculados con la protección a las bandas de la distribución de drogas que operan en la zona norponiente de la ciudad de Puebla y sus alrededores.
La venta de heroína ha dejado, además de muertos por sobredosis y de una considerable cantidad de adictos, múltiples ganancias no sólo para quienes se dedican a la distribución y la venta, sino también para quienes protegen el negocio; ahora sabemos por fuentes oficiales que son efectivos de la Policía del Estado, también de la Ministerial e incluso de la Municipal.
El secretario, quien ahora sí se “fajó los pantalones”, no sólo reconoció infiltraciones de las mafias en los cuerpos de seguridad, sino que además dijo entre líneas que los van a combatir; entonces se avecina la caída de muchos personajes ligados a la seguridad pública.
Los nombres, apodos y ubicaciones de los policías “sucios” ya se encuentran en los informes de la SSP, pero también deberán ir agregados al informe que van a rendir ante las autoridades federales, en este caso de la Procuraduría General de la República, para que la limpia de servidores públicos vaya en serio.
Los datos del narcomenudeo de la heroína
19 de septiembre
Todos los poblanos saben, incluso un reportaje del diario El Universal así lo consignó, que en zonas como la junta auxiliar Romero Vargas hormiguea el negocio de la heroína, a grado tal que la venta se ha extendido a la junta auxiliar de La Libertad, a San Felipe Hueyotlipan, a Cuautlancingo, a toda la zona del bulevar Forjadores, así como a la recta a Cholula e invade incluso la ciudad de Puebla.
Es muy difícil pensar que toda la Policía Estatal Preventiva pueda estar implicada en negocios de “venta de protección” a bandas de “narcomenudistas”; de hecho, en el interior del estado es donde se ha demostrado que la uniformada tiene la capacidad de enfrentar y neutralizar al crimen organizado, pero lo que corresponde a la ciudad de Puebla el grupo de “inteligencia” que se mueve en el interior de la PEP no sólo se olvidan del compromiso con la ciudadanía de atacar delitos, por el contrario, los permiten y los promueven.
Datos llegados al reportero por parte de vecinos aterrorizados por el incremento de la venta de drogas en la ciudad de Puebla, principalmente heroína, consignan a personajes como Ricardo Valentín Zepeda, alias “El Chilango”, de la cédula de inteligencia de la PEP, como uno de los principales protectores de grupos de narcotraficantes que recibe “rentas” que van de los 5 mil a los 10 mil pesos de cada organización para que les permita la venta indiscriminada de droga, sobre todo por las zonas de principal circulación vehicular como el bulevar Forjadores y la recta a Cholula, entre otras.
Primero te atrapo, luego te alineo
No tiene mucho que elementos del “Grupo de inteligencia”, al frente “El Chilango”, ingresaron a dos de las casas de Pedro López García, alias “El Perico” —considerado como uno de los principales distribuidores de heroína, con antecedentes penales por delitos contra la salud—, ubicadas en Sanctórum, donde detuvieron a López García, aunque no con la intención de presentarlo ante el Ministerio Público Federal, sino para “decomisarle” dos motonetas, 70 mil pesos en efectivo y una cantidad mayor en joyas; además, lógicamente para “alinearlo” y ofrecerle “protección” a cambio de una cantidad mensual.
Como consecuencia, “El Perico” amplió su cobertura en la droga conocida como heroína o “lágrima negra”, y creó otros grupos de distribuidores —cerca de once más— colocando como encargados o segundos jefes a sujetos apodados “El Deivis” y “La Ratona” para que operen en la recta a Cholula, la Forjadores y la Romero Vargas.
Otros “levantados” y luego extorsionados y “alineados” son “El Bromas”, “El Frijol” y “El Johan Perdomo”, también con antecedentes penales por delitos contra la salud, a quines después de “pasarlos por la báscula” les permiten vender heroína en la junta auxiliar de La Libertad, la colonia Cruz del Sur y toda la Forjadores.
En Privada Francisco I. Madero de San Pablo Xochimehuacan, el grupo de “inteligencia” de la PEP “alineó” a “Perro Huiro” y a su esposa Claudia, para permitirles la venta de cocaína en San Pablo Xochimehuacán y San Felipe Hueyotlipan
Paola, “La Tita”, es hermana del “Perico”, el primero de nuestros personajes. Esta mujer también distribuye heroína; para ella opera un sujeto que le dicen “La Chucha”, en la colonia La María, además del “Livais”, quien tiene seis meses de haber salido de la prisión procesado por robo de vehículos y otros delitos.
“La Paty” vende heroína en la Romero Vargas —“El Chinto” es uno de sus vendedores— y también esta alineada.
De los detenidos
De los personajes mencionados en la entrega pasada ya fueron detenidos “El Perico” y la “La Paty”, además de algunos de sus “trabajadores”, pero aún falta por ser presentada y por alguna razón se omitió en el reporte de Seguridad Pública, la también famosa “Tita”, hermana del “Perico” y quien posiblemente ocultaba las tres gorras y los cargadores de AK-47 decomisados porque mantiene una relación muy cercana con uno de esos policías, que ya se encuentran en “las listas” de don Ardelio.
Nos vemos cuando nos veamos.
Confirmado, policías protegen al narco
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