Cuesta mucho entender a nuestros políticos cuando hablan o declaran cualquier cosa, pero más cuando escuchamos a los propios priistas; no les pueden decir nada los de enfrente porque se ponen furiosos y amenazan con tronar la “democracia mexicana y las instituciones”.
¡Cuidado! que nadie se meta con ellos, luego luego se calientan, se ponen verdes, sobre todo en estos tiempos de calentura preelectoral.
Todo marchaba bien, estaban aprovechando los tiempos para promoverse y posicionarse, nada les perturbaba su precampaña electoral; de pronto las cosas cambiaron por las declaraciones de Felipe Calderón Hinojosa al New York Times cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que el PRI regrese a la Presidencia de la República en 2012 y entable una relación de corrupción con el crimen organizado. Calderón respondió: “Depende de quién se trate. Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con la política actual, al menos eso dicen en secreto, aunque públicamente digan algo distinto. Hay muchos en el PRI que piensan que los acuerdos del pasado podrían funcionar ahora. No veo qué acuerdos serían, pero es la mentalidad que muchos de ellos tienen. Si esa opinión prevalece, me preocuparía.”
Con lo anterior no queda duda alguna, nuestro país sigue envuelto en sus escándalos mediáticos. Sin este elemento la política y los políticos mexicanos no existirían; total, las grandes broncas sociales, políticas y económicas pueden esperar.
La provocación política y el tiro de precisión lanzado por el Ejecutivo federal, dio en donde más les duele a los priistas.
Las respuestas a botepronto de sus líderes sólo indicaban una cosa: cayeron en la sutil provocación, se subieron al ring ellos solitos y se pusieron el saco; la jugada de Calderón Hinojosa funcionó, ante la opinión pública nuevamente sembró la duda de las posibles complicidades del Revolucionario Institucional con el narcotráfico.
Tal vez el ruido y la repercusión de estas declaraciones hechas en el contexto de una entrevista amplia concedida por el periódico The New Yok Times al presidente de la República, sólo dilaten esta semana.
Sin embargo, el daño está hecho y las respuestas siguen sonando, sólo ha sido una probadita de lo que viene para el 2012.
Pero, ¡por favor!, que nadie se haga tonto, FCH sabía perfectamente lo que decía, no iba a desperdiciar el momento y la influencia de dicho medio en el país vecino.
La élite priista tampoco se puede poner tan pura y censurar al propio Calderón Hinojosa u otros que los critiquen, la verdad absoluta no existe, deben abrir y entrarle al debate de fondo, como la debilidad o no del Estado mexicano.
El miedo del tricolor siempre es el mismo, “le saca” a tocar temas sensibles y complejos, sin darse cuenta que la sociedad mexicana es otra y exige explicaciones.
Hoy las tres fuerzas partidarias (PAN, PRI y PRD) tienen la oportunidad de definir su postura ante la sociedad sobre la inseguridad, de cómo enfrentarla y las alternativas reales que proponen.
De lo que estoy convencido es que en un Estado de Derecho —aunque suene demagógico— ningún partido político o gobierno puede negociar con la delincuencia y mucho menos con los cárteles de la droga.
Lo cierto es que ante el creciente clima de violencia que se vive en el país, aunados a los pocos resultados oficiales que se ven, más la corrupción de tantas policías estatales, así como las balaceras, desapariciones, secuestros y violaciones a los derechos humanos, de pronto empiezan los rumores para “pactar con los narcos”, mismos que son alimentados después por los “grillos” profesionales.
Finalmente y así como están las cosas, no sé a qué le apuesten en el gobierno y su partido, porque en estos momentos cualquier provocación política resulta peligrosa para el país.
Desconozco las estrategias partidarias que tengan, pero si los escenarios medidos por cualquiera de ellos son para generar un clima de alta polarización política desde ahora, pues entonces queda claro que los bandos duros empiezan a ganar terreno.
Las cosas se pondrán difíciles, los acuerdos se romperán, los diálogos quedaran suspendidos y la confrontación encontrará campo fértil. Nada bueno para la democracia, las instituciones y el proceso electoral que ha iniciado y culminará en julio del 2012.
Con actos como los anteriores de los políticos, sus partidos, sus dirigentes y venidos del propio régimen, sólo provocaran más debilitamiento del Estado mexicano, y así la delincuencia organizada se fortalecerá más.
Es claro que algo tenemos que hacer por México, la gente no puede quedar en medio del fuego —político— cruzado de la disputa por el poder; la violencia tiene que terminar, la democracia debe consolidarse y las instituciones tienen que fortalecerse.
Es simple, cualquier régimen que triunfe electoralmente debe construir un Estado fuerte, proveer trabajo, generar la libre competencia, impulsar la calidad educativa, innovar y garantizar darle de comer a millones de mexicanos.