Sin duda, el comunicado emitido por el auditor Víctor Manuel Hernández Quintana, respaldado por los contratos de arrendamiento y el oficio de traslado de documentos, desvanecen la farsa clara desde las entrañas del poder respecto a un supuesto robo de documentos oficiales.
Ante pruebas tan contundentes, es evidente que la Procuraduría de Justicia actuó autoritariamente y prepotentemente privando de su libertad a personas inocentes durante cerca de 60 horas y los tres funcionarios del OFS que continúan detenidos.
Ahora espero que más allá de una disculpa pública el gobernador reconozca sus excesos y olvide, de una vez por todas, su espíritu persecutor.
Una ridícula comparsa azul
Después del triunfo electoral de 2010, y de la bacanal que vivieron los panistas durante largos seis meses, hoy sufren una cruda insoportable.
Si pensaban que con el triunfo del 4 de julio habían logrado adueñarse de Casa Puebla, lamento decirles que hoy viven el peor momento de su historia.
Y es que mientras en el gabinete estatal abundan los expriistas disfrazados de panalistas, convergentes y perredistas, los verdaderos panistas tienen un solo representante en la debilitada figura de Pablo Rodríguez Regordosa.
Pero lo verdaderamente grave no estriba en la conformación del gabinete, sino en la pérdida sustancial del poder que ha tenido el PAN en Puebla. Me explico.
La derecha poblana se convirtió en una fuerza opositora con la cual lograban jugosas negociaciones con los gobiernos priistas.
Expertos en las lides opositoras, los panistas hicieron y deshicieron a su antojo, y su relación con el poder era retribuida por las administraciones tricolores.
Sin embargo, el autoritarismo morenovallista y la falta de cohesión entre las figuras blanquizales, los convirtieron en una ridícula comparsa de los caprichos del gobernador.
Por su hambre de poder, el PAN no revisó las letras chiquitas del convenio que dio legalidad a la alianza de los cuatro partidos, lo cual ahora los tiene sumidos en una enorme pobreza y a merced de las limosnas que puedan llegar desde el cerro de Los Fuertes.
La famosa coalición Compromiso por Puebla implicó un nuevo reparto de recursos para los partidos, siendo el más dañado el PAN, el cual ahora recibe una partida mucho menor que la de antaño.
Es tan grave la crisis del panismo local que ahora los comités municipales no tienen ni para pagar el teléfono.
Si las vacas sagradas del panismo —como Ramón Platas y otros más que dieron sus vidas por sus ideales— revivieran, en 5 minutos se mueren de un infarto.
Lo único que no se les puede refutar es que efectivamente lograron abrir las puertas de Casa Puebla.
Pero también es innegable que al momento de abrir esas puertas, el gobernador les arrebató las llaves y los puso de patitas en la calle.
Y ahora, ni oposición ni gobierno.
El panismo es una ridícula comparsa.
Se esfuma la cortina de humo

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