Aunque el procurador se aferre a que la orden que dictó para la detención del camión que contenía documentos del OFS fue legal, la realidad es que los documentos exhiben al funcionario como un personaje que actuó de manera más que autoritaria.
Lamentablemente, estos actos se han convertido en el pan de cada día, lo cual implica que vivimos en un auténtico estado de indefensión.
Hoy, lo mismo te quitan un terreno, que te arrebatan el liderazgo de un sindicato, que te amarran las manos como periodista.
Ahora resulta que los documentos publicados por Intolerancia Diario son falsos y que la farsa creada para inculpar al auditor estatal está sustentada en derecho.
No encuentro una sola justificación legal que pueda justificar la detención de diversos funcionarios y la incautación de documentos.
No existe un solo elemento que legitime la acción de la procuraduría, y mucho menos que sigan privados de su libertad los funcionarios del OFS.
Por donde se le vea, es un acto violatorio de derechos humanos.
Pero ¿quién se atreve a contravenir las disposiciones del gobernador?
Evidentemente, no hay un solo miembro del gabinete que se atreva a desdeñar una orden morenovallista.
Y de ese autoritarismo se derivan todos los males que hoy aquejan a este estado.
Lo demás, es lo de menos.

Las fobias de Moreno Valle
En el ejercicio del poder, el gobernador Moreno Valle ha dado muestras de que el contacto con el pueblo se le complica, hasta convertirse en fobia.
Incluso confirma en los hechos las versiones de que cada vez que tiene contacto directo con la gente que gobierna, se lava las manos con gel antibacterial y se cambia de ropa, por lo menos la camisa.
Ejemplos sobran.
1. El gobernador no asistió al Huey Atlixcáyotl.
2. Dejar fuera del protocolo del Grito de Independencia a regidores y al presidente municipal.
3. No bailó la tradicional danza del chivo, con el que arranca la temporada del mole de caderas, en Tehuacán.
En fin y luego dicen no.