La nominación de Andrés Manuel López Obrador como candidato de las izquierdas en México —o de las fuerzas progresistas, como gusta llamarlas “El Peje”— rompe con cualquier posibilidad con la que llegó a soñar el grupo de “Los Chuchos” de ir en una alianza con el PAN y el presidente Calderón, bajo la figura del jefe de gobierno Marcelo Ebrard Casaubón.
La izquierda no se fracturó e irá unida en torno al tabasqueño que lleva más de 12 años en campaña y que sin duda será un adversario muy difícil. Tan es así que la contienda para el 2012 se perfila —como lo vaticinara el líder nacional del PRI, Humberto Moreira— en una lucha entre el bloque de izquierda bajo las siglas de la coalición Movimiento Progresista y el PRI, que irá en alianza con el Panal y el Verde. Acción Nacional, si no reacciona, estará condenado a ocupar el deshonroso tercer lugar de la contienda.
La izquierda unida puede llegar a complicarle las cosas al PRI y a su casi seguro candidato Enrique Peña Nieto. Existen encuestas serias en donde la distancia entre ambos, como en Puebla, es sólo de 12 puntos, y tanto los candidatos como la campaña pueden todavía hacer más estrecho el margen.
Por cierto que al interior de las filas de Acción Nacional, cada vez son más la voces que piden que el presidente de la República tome medidas en contra de la maestra Elba Esther Gordillo, a quien acusan de alta traición en Michoacán.
Cada vez son más las pruebas de que la maestra no operó en la elección en Michoacán, y eso involucra también a los operadores de Puebla, que específicamente entregaron muy malos resultados en Uruapan.
López Obrador es ya el candidato de las izquierdas unidas y es un hombre a seguir, el cambio en su discurso y el mensaje que dirigió en torno a ser incluyente le puede dar una buena cantidad de adeptos.
Ni qué decir de Marcelo Ebrard, quien ayer de inmediato ganó miles de adeptos al mostrar una altura pocas veces vista en los políticos mexicanos. De golpe y porrazo el jefe de Gobierno del Distrito Federal se colocó a la cabeza para el 2018.

La operación de Manzanilla
Si hay un actor en la entidad interesado en cambiar la política de la dureza, es el secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto y su mano ya comienza a sentirse.
Hombre por demás influyente y cercano al gobernador, Manzanilla se ha dado a la tarea de comenzar a construir en donde muchos estaban empeñados en destruir. Su habilidad política le ha permitido conciliar con los más diversos sectores de la sociedad, en donde en muchos casos se habían abierto frentes innecesarios, incluidos los medios de comunicación.
No es nada fácil la tarea que ha comenzado a realizar el funcionario estatal. Fueron muchos los frentes que se abrieron, pero el cambio de actitud es un buen principio, ojalá que la buena voluntad se puede transformar en acciones concretas por el bien de Puebla y de sus ciudadanos.

Zacatlán, primera ciudad segura del país
Los esfuerzos del alcalde de Zacatlán, Mario Alberto Cruz González, del diputado local y líder de la bancada priista, José Luis Márquez Martínez y del gobierno del estado, en breve se verán cristalizados.
Zacatlán, además de ser “Pueblo Mágico”, en breve recibirá la certificación como “Ciudad Segura”, reconocimiento que no tiene ningún otra ciudad de Puebla, muchos menos la capital.
El modelo es una copia del que se trabaja en Chiapas, entidad que cuenta con el mayor número de “ciudades seguras” y por supuesto que es un éxito más de la actual administración, que pone el ejemplo de cómo se deben hacer las cosas.
Por cierto que este viernes estará en esta ciudad el rector de la UAP, Enrique Agüera Ibáñez, quien mantiene una intensa gira de trabajo por varios puntos de la entidad.
La gira de trabajo por parte del rector a Zacatlán y otras que ha realizado por el interior del estado, confirma la versión de que Agüera tiene prácticamente en la bolsa, la candidatura al Senado de la República, de ahí su activismo.