El PRI se encuentra en una encrucijada: por un lado, en una estrategia que demostró desesperación, baila con la más fea, es decir con Elba Esther Gordillo (sí, es literal) para asegurar que su niño “Gel Boy”, como lo bautizó Jairó Calixto Albarrán, atienda a todos desde Los Pinos a partir de diciembre del 2012. Por otro lado, la maestra carece de reconocimiento social, es alguien que genera cierto dolor en el estómago tanto verla como escucharla.
De no haberlo hecho —piensan los priistas— se arriesgarían a que el SNTE opere en contra y entonces la idea de recuperar Palacio Nacional se esfume (caput). Recuerdan eso de que el magisterio no te hace ganar, pero sí te hace perder.
Es una encrucijada la que viven los jóvenes tricolores.
La medida puso al descubierto sólo un dejo de debilidad y de duda, porque de estar tan fuertes no necesitarían negociar con quien los ha hecho perder los últimos procesos electorales, desde Roberto Madrazo en el 2006.
El PRI poblano se mostró agachón al aceptar en su mayoría la decisión de su Comité Ejecutivo Nacional y no hacer ni pío, y dejar a sólo unos cinco militantes para que se cabreen. Y es que tener que ceder espacios a quien los hizo perder un año antes a nivel estatal y darles una posición en el Senado y diputaciones no, no es un asunto de integridad.
Bueno, no hay que espantarse, son priistas y su disciplina siempre raya en la ignominia. Sólo que antes esa disciplina era premiada con croquetas y dinero. Ahora, ni eso.
La medida de esos cinco quejumbrosos al final no es tan mala, jugarán para ganar algo, los que se alinean lamentablemente nunca les toca nada.
Alguien en Twitter escribió que en la vida todo tiene solución, menos la política mexicana, y es que en términos reales así es. Además, en la política y en el periodismo siempre habrá alguien más inteligente que te venda (allways), y tus gritos de protesta sólo son un instrumento para que alguien se llene los bolsillos o para legitimar triunfos.
Sí, Guillermo Aréchiga será senador con todo el apoyo del aparato estatal. Claro, no podría ser de otra manera, el actual presidente de la Gran Comisión es uno de los hombres más cercanos a Elba Esther Gordillo. Incluso, se sabe que de cariño Aréchiga le dice “tía” a Gordillo.
Cierto es que es un excelente operador, aunque un mal legislador y un hombre poco preparado, pero en estos tiempos en donde ya el mundo se va a acabar (siguiendo la profecía maya) pues no hay mucho que esperar.
Ya lo escribió Enrique Sánchez Discepolo en su tango “Siglo XX, cambalache”: “¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!... ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador! ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! ¡Lo mismo un burro que un gran profesor!”.
El PRI regresa con sus viejos vicios, con sus viejos discursos y con sus viejos aliados, es decir el SNTE.
No obstante, el PRI vive su encrucijada que, por supuesto, la disfraza de unidad nacional, lo que es mejor conocido como “más de lo mismo”.
Priistas sobre un tejado caliente
PUBLICIDAD