La excelsitud del futbol asociación tiene nombre y apellido: Futbol Club Barcelona. El conjunto de Cataluña devuelve en cada uno de sus encuentros, la frescura, la alegría y el gusto de jugar al futbol. Los dirigidos por Pep Guardiola hacen recordar a cada amante del balompié su infancia y mocedad. El Barça nos recuerda lo sencillo y simple que es divertirse con un balón. No hacer del futbol un juego timorato y defensivo, como su antagónico Real Madrid. El colectivo de José Mourinho trata de engañar a sus seguidores con un juego desarticulado en la conjunción, basado en sus individualidades y en latigazos a la contra para aniquilar a sus adversarios.
Muestra de las diferencias entre ambos clubes fue esa gran demostración culé en la cancha del Santiago Bernabéu en donde el gol circunstancial madridista en los albores del duelo no transformó el esquema blaugrana que terminó por enloquecer al Real Madrid antes de la conclusión del primer tiempo. El empate momentáneo a uno no reflejó lo ocurrido en la grama.
En el complemento, el Barça paseó a Real Madrid a lo largo y ancho de la cancha ante la mirada pérdida de Mourinho. El entrenador portugués fue incapaz de modificar el esquema para evitar la derrota anunciada.
Mourinho representa al mercenario combatiente que va sólo por el dinero prometido para saciar su ego. El director técnico lusitano es la antítesis del futbol asociación.

Tigres es campeón
Tigres confirmó ser el mejor equipo del futbol mexicano, al derrotar a Santos 3-1 (4-1), sin embargo deja un mar de dudas porque el árbitro Marco Antonio Ramírez se encargó de manchar su conquista.
“Chiquimarco” no tuvo un trabajo arbitral bueno por expulsar al arquero de la Comarca Lagunera. Oswaldo Sánchez nunca debió irse al vestidor. La jugada con Danielinho solo ameritaba la amonestación y el cobro del penal. El protagonismo de Ramírez abre un signo de interrogación en el triunfo felino.

¿Puebla emigra?
El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero advirtió a los propietarios de equipos que quieran emigrar al puerto que únicamente su administración donará un predio para la construcción del estadio.
Si Puebla quiere aventurarse deberá pensar los contras porque de entrada carecerá de afición. Pero, como dijo Santo Tomás, “hasta no ver no creer”.