La cloaca se destapó. Ahora ya se sabe por qué la Dirección de Verificación al Comercio Exterior —que depende de la Secretaría de Finanzas— no regresó al mercado Jorge Murad, también conocido como “La Fayuca”, para atender asuntos de contrabando y de piratería, cuando en la mayoría de estos negocios se vive “un paraíso” de inmunidad.
Resulta que el director de este departamento, Elías Córdova López Escalera, contrató —¿de buena fe?— a Mario Flores Mendoza con el cargo de visitador, cuando este personaje es propietario de varios locales de “La Fayuca”, uno de estos con el número 169, donde se venden artículos de piratería.
El pasado 26 de junio del 2011, este departamento de Verificación al Comercio Exterior realizó un operativo y los artículos del local 169 no fueron asegurados, de acuerdo a una queja que llegó a esta columna mediante correo electrónico.
Esta “irregularidad”, la de no catear el local de Mario Flores, dice la queja que sí fue del conocimiento de Elías Córdova, quien hizo que “la Virgen le hablaba”.
Por cierto, don Elías tiene trabajando como su incondicional a Israel Castro Fuentes, quien recomendó a Mario Flores para visitador. Se va cerrando la pinza.
Pero eso no es todo, pues todo parece indicar que en esta nueva administración de gobierno la gran moda es el “nepotismo”. Se lo comento porque Patricia Grajales López, quien es prima de Elías Córdova, fue contratada como jefa de Dictaminación y Clasificación Arancelaria, por lo que cobra un decoroso sueldo, además de un bono trimestral de 30 mil pesos.
Este mismo beneficio alcanzaron Jesús Rolando Moreno Ceballos, Sixto Vivar Juárez, Rafael Ramírez Moreno y Paola Villegas Corona, de quienes no se mencionó porque alcanzaron un alto beneficio, por lo menos los tres primeros.
Y para que se entienda la magnitud de lo que ocurre al interior de este departamento, este bono que le comente hace un año oscilaba entre los 5 y los 15 mil pesos, además de que en esta administración este apoyo fue retirado de muchas direcciones.
Pero las calamidades no sólo se cierran en la complicidad en los operativos para proteger el contrabando y piratería de amigos o cómplices, tampoco en el nepotismo o en el desvió de recursos, sino en abuso de autoridad y robo, todo esto con funcionarios “encachados” que le hacen al “policía táctico”, pero con fines oscuros.
La misma queja que le comento denuncia que los embargos que realiza la Dirección de Verificación al Comercio Exterior son un verdadero atraco.
En estas acciones disfrazadas como legales no existe un procedimiento administrativo de decomiso como lo marca la ley.
Quienes realizan el decomiso llegan “encapuchados” y actúan como verdaderos asaltantes, cuando tienen la obligación de identificarse y explicar al dueño del negocio o local donde están actuando, qué tipo de operación legal se va a llevar a efecto, además de que se debe llenar un inventario, en caso de que el verificado se sienta con derecho y pueda solicitar con documentación la devolución de su mercancía, lo que en muchas ocasiones no ocurre.
Cuando la mercancía asegurada llega a las instalaciones de esta dirección, pero como mucha de esta no se encuentra detallada en un inventario sus propietarios no pueden reclamarla, además de que en otros casos la dejan perder por tratarse de piratería o de contrabando, entonces termina de nuevo en las calles, a la venta, pero en manos de incondicionales de estos personajes que cuentan con toda la protección para “trabajar” sin ser molestados.
La queja tiene más información sobre las actividades de este departamento de verificación.
En esta se explica por qué el personal se “encapucha”: para no ser identificado al momento de que un comerciante quiera presentar una denuncia.
En esta dirección existen empleados que le juegan al policía, que actúan como policías, pero que legalmente están muy lejos de ser los representantes de la ley.
Para estos operativos la dependencia que depende de la Secretaría de Finanzas, debe de solicitar el respaldo de la Policía Estatal Preventiva (PEP).
Ya dejen de hacerle al cuento.

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