A un año de gobierno de Rafael Moreno Valle, poco o nada se ha hecho con respecto al mejoramiento de una de las vitalidades con mayor afluencia vehicular: el periférico Ecológico.
Hasta hoy, las pésimas condiciones del pavimento, la ausencia de líneas divisorias de carriles, la carencia de alumbrado público y la pésima señalización de salidas y entradas, son sólo algunos de los problemas a los que se enfrentan quienes diariamente se ven en la necesidad de circular por la vialidad, ahora convertida en la más riesgosa de Puebla.
No hay día, hora o momento en el que no se registre un percance vehicular. Una ponchadura de llanta (si estás de suerte), choques entre particulares, atropellamiento de perros, carambolas, congestionamiento en horas pico y, por si fuera poco, enfrentar el pésimo diseño con el que fue construido.
Han pasado 12 meses de la nueva administración estatal, responsable de dicha vialidad y nadie hace nada. Circular de noche por cualquier tramo de los 52 kilómetros en cuestión se ha convertido un verdadero “paso de la muerte”. No hay una sola luminaria prendida. Los riesgos que corremos los automovilistas parecen no importarle a nadie.
De acuerdo con el programa de obras de la administración estatal, el próximo mes de febrero estará listo el proyecto integral del periférico que consiste no sólo el arreglo de baches, sino en la remodelación de salidas, la iluminación y la jardinería. Esto implicaría una inversión de por lo menos 800 millones de pesos.
La duda es saber cuánto tiempo le llevará al gobierno de Rafael Moreno Valle la aprobación de recursos para el magno proyecto. Mientras eso sucede, seguirán las autoridades con los brazos cruzados ante el número de accidentes que se registran mensualmente.
¡Que alguien hable con ellos, por piedad!
Periférico, el paso de la muerte
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