Confirmado, Luis Alberto Arriaga Lila, exdiputado local priista, se suma a la lista de aspirantes del Partido Nueva Alianza; en su caso, por el distrito 9 de la capital poblana.
Esta semana el exconductor de Televisa reconocerá su ingreso a las filas del Panal, luego de rechazar la invitación del que hasta hoy fuera su partido, el Revolucionario Institucional.
La salida de Arriaga Lila del PRI obedece a una serie de presuntas irregularidades que se registraron durante el proceso interno del tricolor para elegir a los candidatos a diputados federales. El acuerdo inicial fue seleccionar a los mejores cuadros con base en las encuestas, en las que midieron los niveles de conocimiento, aceptación e intención de voto que favorecían al exlegislador. Los resultados de las mismas fueron dejados de lado y ponderó la ambición de quien hasta ese momento manejaba los hilos del partido, Ranulfo Márquez, delegado del CEN.
Quienes hacían el negocio (se habla de cobros de cifras superiores a cinco ceros) no visualizaron un cambio en la dirigencia estatal del expartidazo y es ahí donde se les cayó el teatrito. Con la llegada de Fernando Morales las cosas parecen encontrar de nuevo su cauce, pero demasiado tarde para el ahora “abejorro” Arriaga Lila quien analizaba la oferta de los de enfrente.
Nada ni nadie hizo cambiar de opinión al exlegislador, pues la candidatura a diputado federal por el distrito 9 la tenía en la mano y como garantía la Carta de Procedencia que emitió el Comité Ejecutivo Nacional del PRI que avala dichos nombramientos.
Muchas preguntas surgen en torno a la salida de Luis Alberto Arriaga de las filas del tricolor:
¿Congruencia o incongruencia?
¿Quién rechazó a quien?
¿Será real la ruptura de alianza entre el PRI y el Panal?
¿No le parece extraño que hasta el día de hoy el PRI mantenga acéfalo el lugar que ocupará el aspirante al distrito 9?
Mientras son peras o manzanas, Arriaga deberá enfrentar los cuestionamientos no solo de la prensa, sino de los propios electores quienes en 2007 lo llevaron al triunfo con el PRI y donde por cierto se enfrentó y derrotó a la ahora también candidata del Partido Acción Nacional (PAN), Blanca Jiménez.
Y aunque los cambios de partido parecen estar a la orden del día en esta evidente orgía ideológica, donde lo que lo que menos importa es con qué equipo juegan y por cuánto tiempo, la realidad es que lo que se haga bien o mal en este proceso electoral repercutirá de forma directa en el de 2013.