Siguiendo la “moda” de los cateos a Centros de Reinserción Social, tras los acontecimientos funestos de centros penitenciarios del norte del país, en Puebla si no fue “cateado” hubo una revisión “al vapor” —por parte de la Dirección de Centros de Reinserción— al Cereso de San Miguel, cateo que dejó en claro actos de corrupción que permiten “excesos” en internos detenidos por delitos de “cuello blanco” y de la delincuencia organizada.
Resulta que uno de los hermanos, no le voy a decir si fue Edmundo, le encontraron no sólo un teléfono celular, sino además una computadora tipo tablet, donde tiene internet —incluso Facebook—; es decir, todo lo que por “disciplina” un interno no debe tener. Pero los Moranchel no sólo tienen equipos para comunicarse desde el interior de un penal que apenas si alcanza a llamarse de “mediana seguridad”.
Los Moranchel se apoderaron del área de visita íntima y de todos los negocios habidos y por haber dentro de la cárcel, pero además se hicieron amos de uno de los grupos más violentos del penal, todos ellos procesados y sentenciados por delincuencia organizada, todos ellos “Zetas”. Pero no es extraño todo lo que le comento, sobre todo porque los principales directivos de este centro penitenciario son procedentes de las temibles cárceles de Tamaulipas.
Los Tiro Moranchel ampliaron su poder en el Cereso de San Miguel gracias a Indalecio Cuesta, exfuncionario de la Dirección de Centros de Readaptadión, quien decidió hacerse de su “cochinito” y promovió preliberaciones como “larines” y así originó la libertad de peligrosos sujetos que tuvieron a su mando las tiendas y otras canonjías, y que se las vendieron a estos procesados por fraude para que tuvieran efectivo para pagar las “altas cuotas de su libertad”.
Así las cosas, estos hombres son dueños de todo el penal, incluso de la voluntad de sus directivos y quién sabe de qué más. Con decirle que el aseguramiento de los aparatos de comunicación pasó totalmente desapercibida.
No se extrañe si en este penal ocurre una fuga.
De bares y cosas peores
¿Usted se acuerda de “Don Lalo”, el dueño del bar Diangos?, quien conjuntamente con un funcionario de Normatividad Comercial se confabularon para extorsionar y estafar a dueños de giros “negros” con el cuento de que le “entraran” con una buena suma para cerrar después de las 3:00 horas en diciembre, lo que resultó ser un engaño porque muchos de estos negocios fueron sancionados y clausurados, incluso el suyo.
Este personaje fue visto en tabledance de nombre Miami, propiedad de Carlos Vega, pero que asegura ya compró junto con los mismos permisos de cerrar a la hora que quiera y una que otras promesas más. De seguro, nuestro personaje pagó las deudas que tiene con los propietarios de otros negocios que le reclamaron la estafa, de ser así ¿quién pompó?, si su negocio —el Diangos— fue clausurado.
Quienes enviaron este mail no se les ha olvidado la inseguridad que prevaleció a los alrededores y frente al Diangos, ¿pasará lo mismo en el Miami, rodeado de múltiples negocios?
‘El Pillo’ y ‘La Barbie’
Del barrio de Analco al de los Sapos aparece y se fortalece un “narcomenudista” con toda la pinta de ser del crimen organizado, que se hace llamar “El Pillo”, quien opera la venta de drogas como la cocaína y las anfetaminas a toda hora del día, pero principalmente en las noches. Sus principales clientes son los que acuden a los “antros” de ambos barrios y que tienen la cercanía con meseros para que estos realicen las compras.
Es difícil pensar que estos dos barrios son constante objeto de operativos antialcohol y que las revisiones no se acerquen en esta zona, centro de “narcomenudeo” en pleno centro de la ciudad de Puebla.
Además, le muestro una carta:
“Buenas tardes, le escribimos para ver si el Ayuntamiento o la Policía Estatal o Ministerial del Estado nos hacen caso, por medio de su columna. Hay una narcomenudista, que le apodan la BARBIE, que vive en la 29 Poniente 714 de la colonia Chula Vista; es una vecindad, sus familiares se dedican a desvalijar autos desde baterías para carros hasta carros completos, tiene asoladas a todas las calles de los alrededores, aquí puede ver como se estacionan taxis de diferentes centrales, Taxi Rápido, X Cero, y Vial que vienen a surtirse con ella, aparte realiza disparos en la noches. Lo peor de todo le marca uno al 066 y el 060 y nunca llegan patrullas, más que las del 3 a cobrar, por eso pedimos su ayuda para ver si por medio de usted nos hacen caso.”
Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.
Los privilegios de los Tiro Moranchel
PUBLICIDAD