Recordará el lector que en la entrega pasada le comenté del “rumor” de que las mafias de las drogas ya se habían apalabrado con uno que otro jefe policiaco. Incluso le dije que varias listas de presuntos “narcomenudistas”, hechas por medio de denuncias ciudadanas, se encontraban en los escritorios de jefes de grupos dedicados a la lucha contra el “narcomenudeo” y de grupos policiacos.
Los nombres que aquí le comentó son parte de estas denuncias anónimas que dan cuenta de la operación de mafiosos dedicados a la venta de drogas. En algunos casos los implicados tienen protección o incluso algún parentesco con policías.
La intención de las denuncias ciudadanas es la de abatir el comercio de las drogas que a últimas fechas se han incrementado en forma notable y que no están siendo combatidas como se había dicho.
De la lista le comento menos de la mitad, en espera de una respuesta que no vaya contenida en una famosa “aclaración” sino una respuesta que demuestre a los poblanos la intención de brindarles seguridad, no con declaraciones, sino con hechos.
Primera parte:
“El Santanero”, exelemento de la Policía Judicial del Estado (PJE), exconvicto del Penal de San Miguel, donde purgó condena por delitos contra la salud, opera en la zona de los Sapos y en el Barrio de Analco, con la venta de cocaína.
“El Tampico” opera en la venta de droga por la Nacional, junto con “El Moco”, los apadrina una mujer que es hija de un Ismael, elemento en activo de la Policía Estatal Preventiva (PEP).
“El Zarco”, o Iván Vázquez Zarco, exconvicto del penal de San Miguel, procesado por delitos contra la salud, quien opera con la venta de cocaína y “tachas”.
En Cholula, de manera especifica en 14 Oriente 411, de San Andrés Cholula, en un estacionamiento operan un hombre y una mujer que son hermanos de Fernando Santillán, detenido el mes pasado por delitos contra la salud, quienes dicen pertenecer a un cártel del crimen organizado.
Alonso Rangel presume ser del cártel de “Los Zetas”, tiene un laboratorio donde se elaboran “tachas”. Bajo sus órdenes trabajan “Filipo”, “Stich” y “Apick”. Además distribuyen cocaína.
“El Patotas” vende cocaína y otro tipo de drogas por la colonia 10 de Mayo, circula en un Neón color morado.
“El Morris” opera en la Cuchilla, tiene como su personal a sujetos apodados “El Aguacate”, “La Morena”, “El Pollos” y “El Sapo”, protegidos por un elemento de la Policía municipal en activo.
“El Sonrrics” opera desde un Radio Taxi, Jetta placas 7179SSE. Se moviliza por las colonias Balcones, Centro, además de La Juárez.
“El Chaparro” circula en un Pointer negro, además tiene una casa en la colonia Constituyentes, en Artículo 2, Manzana 16, lote 89, tiene una manta de mariachi.

¿En Puebla lucha contra la trata?, la manga…
Usted debe de recordar que en días pasados la Procuraduría General de Justicia (PGJ), informó de un “operativo” en al menos dos “rascuaches” bares donde se “descubrió” la prostitución, siendo detenidos cinco sospechosos, hasta hubo rueda de prensa y toda la cosa.
No sería bueno que los elementos de la Policía Ministerial del Estado (PME), que se avocan a este tipo de investigaciones, de verdad se pusieran a trabajar, sin compromiso alguno e investigaran las “casas de masajes” donde en forma por demás cínica se perpetra la corrupción de menores, prostitución y trata en todas sus escalas.
O será cierto que conocen a sujetos como Gerardo (a) “Pica Piedra”, dueño de las casas de citas ubicadas en 21 Oriente 1016, a media calle del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec.
2 Sur 5514, bulevar Valsequillo 5975, 26 Sur 305 y Reforma Sur 150, en la colonia La Paz.
Todos estos negocios no son molestados ni por el titular de Normatividad Comercial, de hecho este personaje parece ser el verdadero “padrinote”.
Déjeme comentarle que el Departamento de Normatividad Comercial ha actuado en forma “gangsteril” para proteger estos negocios y es que se han dedicado a perseguir a la “competencia” —como la PME— para dejarles el campo libre en la prostitución.
Por fin, ¿somos o no somos?