Por más experiencia que tengan los políticos, esta parece ser insuficiente en tiempos electorales, cuando cualquier expresión puede ser utilizada en su contra.
El día de ayer el candidato panista al Senado, Javier Lozano Alarcón, declaró que prácticamente le rogó al gobernador para que le prestara a su contralora Patricia Leal, en busca de que fuera su suplente en la elección del primero de julio.
Sin duda, las expresiones de Lozano Alarcón tienen como fin levantar la imagen de Patricia Leal, quien en honor a la verdad no representa ningún plus en términos electorales.
Pero que no invente el candidato, nada de que ¡se la prestó!
Si bien es cierto la ahora candidata suplente cuenta con una indiscutible cercanía con el gobernador Moreno Valle, y que ha sido una de las funcionarias más efectivas de la administración, también es cierto que electoralmente no cuenta con ningún valor adicional que justificara los supuestos ruegos de Lozano para que Leal Islas aceptara la suplencia.
Y mientras el exsecretario calderonista intenta darle un valor agregado a su suplente, una realidad de fondo se esconde detrás de la licencia solicitada por la contralora estatal.
Más que por las súplicas del candidato al Senado, la realidad es que quien dispuso que Patricia Leal acompañara a Javier Lozano no fue otro que “El Señor de los Cerros”, para garantizar así un espacio en el Senado, por ser muy factible la futura incorporación del titular en el gabinete morenovallista.
No hay que perder de vista que el gobernador Moreno Valle —tal y como ya lo expuso el columnista Ricardo Morales— padece de una grave carencia de cuadros de nivel para conformar su gabinete.
En esa lógica, si consideramos que el poderoso secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla tiene claras aspiraciones para contender por la presidencia municipal de la capital poblana, un personaje como Javier Lozano puede ser la figura idónea para sustituirlo.
De ahí que el gobernador tenga en claro que no puede dejar que la suplencia de Lozano Alarcón la ocupe un yunquista, ya que las posibilidades de que termine convertido en senador serían enormes.
Qué mejor que sea una de sus más cercanas colaboradoras quien tenga garantizada esa posición, para entrar en funciones en caso de que Javier Lozano sea llamado al gabinete estatal.
Así las cosas, aunque pueda sonar un esquema demasiado futurista, la realidad es que al gobernador Moreno Valle no se le escapa el más mínimo detalle.
Para bien o para mal, su espíritu dominante no le permite perder ningún espacio.
¡Me la prestó el gobernador!
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