¿Por qué será que Luis Mora Velasco, flamante director de Normatividad Comercial, le tiene un amplio respeto y miedo a Fulgencio Arriaga Vega, “Don Ful”, dueño de un bar del norte de la ciudad de Puebla? No me pregunte si es el “Chabacano”. Además de ser representante de por lo menos 30 negocios con venta de bebidas embriagantes, de masajes que terminan en sexo servicio y en casas de mala nota.
Le comentó lo anterior porque la dependencia municipal en todos los operativos de revisión que ha realizado no se le ha ocurrido tocar uno solo de los negocios de “giros negros”, pese a que muchos de estos, por no decir todos, violan los procedimientos municipales, además de las leyes del estado y las federales. No me va a dejar mentir, en la mayoría de los bares hay mujeres que “fichan”, es decir, cobran como acompañantes y se toman las copas que “les inviten”, por lo que reciben una participación económica y si se trata de un sexo servicio el cliente tiene que pagar “la salida”, también se le conoce como “permiso”, lo que constituye al cuadro de la “explotación sexual”, en otras palabras: trata.
Existen muchas más violaciones a la ley que este tipo de negocios se pasan por donde no pasarían los nopales, pero no les hacen nada. La posible respuesta es que muchos aseguran que “Don Ful” recibe de cada dueño sumas diversas de dinero que van a parar a las manos de funcionarios del municipio. En otras palabras, “Don Ful” le “mata el hambre” a servidores públicos.
Otra posible respuesta es que “Don Ful” tenga hermanas, sea más grande y fuerte o conozca secretos de vudú.
¿Alguien se puede imaginar por qué los negocios de “Don Ful” no son molestados por el ayuntamiento?  
Y si tienen la respuesta entonces comenten si será lo mismo en la Secretaría de Salud, Policía Ministerial, Procuraduría General de Justicia, además de la Federal, porque en todas estas dependencias ocurre exactamente lo mismo.
¿Mello’?
Por cierto, a don Julio César Oliver, quien también trabaja en Normatividad, le están “creciendo las uñas” y ya tiene sus propias cuotas. Y conste que esta administración comienza a envejecer con los mismos vicios.

En Tehuacán la justicia tiene que ser pareja
Falta poco, muy poco, para que del Juzgado Primero de lo Penal se conozca la sentencia contra tres exagentes de la desaparecida Policía Judicial del Estado (PJE), actualmente Ministerial (PME), que se encuentran sujetos a proceso penal por los delitos de homicidio, secuestro y abuso de autoridad contra dos empresarios poblanos, uno que perdió la vida y otro que no quita el dedo del renglón exigiendo justicia.
En Tehuacán acaba de ocurrir lo mismo, un hombre fue detenido y asesinado a golpes por elementos de la Policía Municipal del grupo Táctico, donde primero el Servicio Médico Forense (Semefo) trató de ocultar con una necropsia que se sacaron de la manga que indicaba que la víctima de la agresión había “bronco aspirado”, cuando tenía un estallamiento visceral por tantos golpes. En los dos casos que le comento existen más diferencias.
La primera víctima tuvo todo el poder económico para sostener un juicio de varios años, pero tuvo la justicia en contra. En el segundo caso la víctima tiene la justicia a su favor pero no tiene el poder económico, aunque le hicieron más caso que al primero y una prueba es que todos los implicados por lo menos están arraigados.
En los dos casos hay algo similar, los médicos legistas que por omisión o contubernio practicaron mal la necropsia, dijeron que había “bronco aspirado” cuando en realidad fueron golpeados por miembros de corporaciones policíacas, y nadie les dijo nada.
Estará usted de acuerdo de que ambos legistas deben de ser investigados por negligencia o corrupción.
Lo mismo debería de pasar con los agentes del Ministerio Público que tomaron conocimiento a la “ligera”.
Todos los implicados en ambos casos deben de ser investigados, es necesario frenar los abusos policíacos y el contubernio con quienes persiguen delitos y administran justicia.
Nos vemos cuando nos veamos.