Desde los primeros días de mayo en diversos puntos de la ciudad de Puebla aparecieron mantas alusivas a diversas organizaciones criminales, entre estas “Los Zetas”.
Quines colocaron estas “narcomantas” lanzaron amenazas de actos terroristas en los puentes recientemente creados por esta administración de gobierno; los mensajes aparecieron los mismos días que el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, estuvo de visita en Puebla. Las misivas fueron retiradas de inmediato; primero fueron reconocidas por el mismo secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado y luego desmentidas por él mismo, aunque no dejaron de tomar las precauciones necesarias, lo que pudo evitar cualquier agresión.
Como consecuencia de estas apariciones, el gobierno del estado reforzó la seguridad en la capital y como consecuencia el fin de semana el Ejército, la Policía Federal y la del Estado organizaron operativos, principalmente en la zona de Amozoc de Mota, en busca de grupos criminales, aunque sin tener suerte.

Aún así, siguieron las mantas
Pese a la movilización de las fuerzas castrenses, federales y del estado, las mantas siguieron apareciendo; ahora no con el anuncio de la llegada de “Los Zetas”, sino con una especie de solicitud y a la vez amenaza. “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”, señalan las mensajes colocados en diversos puntos de la Angelópolis; uno de estos 31 Poniente y 11 Sur, mantas que fueron retiradas de inmediato por un gobierno que tiene toda la intención de “taparle los ojos” a los poblanos para que no se enteren de lo que en materia de seguridad ocurre en Puebla.
Las mantas pueden ser alusivas a la desaparición de Martín Hernández Pérez, de 64 años; Luis Hernández Beristáín, de 19 años; Gabino Hernández Sánchez, de 31 años; Víctor Rodríguez López, de 26 años; Luis Alberto Sánchez Serrano, de 15 años; Alan Sánchez González, de 16 años; Ignacio Hernández Castro, de 39 años; César Fernández Vázquez, de 14 años; José María Nájera Orea, de 15 años; Víctor Reyes Hernández, de 38 años; Hipólito Contreras Méndez, de 34 años; Felipe Suárez Gallardo, de 42 años y Andrés Mauricio Ascensión, de 54 años, artesanos de la ciudad de Tehuacán que desaparecieron desde el 3 de agosto de 2011 y cuyo autobús lo encontraron abandonado entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León.
La desesperación de las familias de estos artesanos desaparecidos aumentó al enterarse de la detención de un sicario, presunto responsable de 47 descuartizamientos humanos, porque pensaron y piensan que entre estos cuerpos pueden estar los desaparecidos, aunque después siguieron albergando la esperanza de que todos estén privados de su libertad y les sea imposible comunicarse.

Por eso las mantas…
El llamado o amenaza de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, contrasta con la presencia de presuntos “Zetas” en Puebla, ya que el mensaje va directo a ellos y a quienes los están protegiendo; el mensaje lleva más que una “respetuosa solicitud”, de hecho nadie descarta que puedan ocurrir actos violentos por la misma desesperación de quienes tienen a sus familiares desaparecidos.
Pero no se le ocurra preguntar qué pasa a los encargados de vigilar que no se cometan delitos o a quienes los investigan y persiguen, porque le van a plantear un panorama de “disminución de secuestros”, de asaltos y de homicidios, cuando la realidad es otra.

Los ejecutados en Puebla
En la zona de las dos Cholulas, en Atlixco, en Matamoros, en Tecamachalco y parte de la Sierra Norte de Puebla se han reportado muertes violentas de hombres y de mujeres ejecutadas a balazos, calcinadas o asfixiadas con cinta canela.
Como que es necesario que nuestras autoridades cambien de discurso, ¿no?
Nos vemos cuando nos veamos.