¡Aguas y prohibido irse con la finta de nueva cuenta como en el 2006, por los errores de muchos, por las confianzas, por menospreciar a los adversarios y por pensar que el triunfo estaba en la bolsa, todos fuimos testigos de lo que pasó. Pensamos que el PAN y PRI son partidos muy “democráticos y respetuosos de la legalidad electoral”, vimos que era falso, que siguen operando y que no dejarán que se les gane por las buenas.
La izquierda debe ser seria y muy dura consigo misma, para ver lo que está sucediendo en el país y valorar todas las circunstancias y coyunturas políticas, por principio de cuentas se debe respetar el movimiento de los estudiantes. Mucha tinta se ha escrito sobre este inédito despertar de los jóvenes, que bueno que así sea y que contribuyan desde sus propias visiones a buscar construir un país mejor.
Sin embargo, ellos en estos momentos no definirán por completo las cosas, la izquierda partidaria deberá hacer con más fuerza su trabajo, buscar más votos y cuidarlos. Bueno, algunos nos emocionamos de que los chavos protesten frente al candidato del PRI y lo critiquen,  pero estas tácticas pueden resultar en un corto tiempo y así lo registra el PRI, contraproducentes, porque convertirán a Enrique Peña Nieto en víctima y mártir y López Obrador será acusado de estar impulsando la “violencia” en su contra.
Los medios le están dando cobertura a estos actos, para que se revierta en contra de López Obrador, las acciones de los muchachos son honestas y libres, pero también hay posturas radicales y de resistencia con las que no se puede coincidir. Las protestas antiPeña no ayudan por sí mismas, la gente de abajo no entiende esto y al final se le hace la “talacha” gratis al Revolucionario Institucional.
Sus demandas libertarias son entendibles y ellos tienen que definir su propio proceso de organización y su programa político, si ganan las  posturas duras en nada ayudarán a que haya unos comicios libres y conscientes.
Lo mismo sucede con los simulacros en varias universidades e instituciones de educación en México, está bien que gane la opción que representa López Obrador, son nobles estos ensayos, más no significa que el 1° de julio así suceda. Los partidos de la presunta izquierda tienen la obligación política de meterse a fondo en la última etapa para jalar todos los votos que se puedan, además de inhibir el uso de los programas sociales y la inducción al voto en favor del PRI y PAN.
Lo mismo podríamos suponer  sobre las nuevas  locuras del expresidente Vicente Fox, que para nada le sirven a la izquierda, es un problema de la familia blanquiazul. Ellos lo hicieron presidente, lo defendieron y le perdonaron todas sus torpezas en el gobierno.

En el fondo es la decisión de Martha Sahagún de Fox, para deslindarse públicamente de la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, el golpe directo a la cara de los panistas es la venganza que estuvo esperando por tiempo. Hoy se han entregado al mejor postor y le dan cursos de capacitación a los priistas. La estrategia es una sola: conjuntar los odios de Peña Nieto y Fox Quezada para detener y “dispararle por la espalda” al candidato de las izquierdas.
 Vázquez Mota sabe que el PRI y Acción Nacional casi son lo mismo, cuando sienten que sus intereses están en peligro. Que no se hagan los panistas, ayer en Los Pinos, muchos impulsaron a Martita Fox para que se aventará como candidata por la presidencia.
Hoy su expresidente, un exdirigente nacional -borrachín-  del PAN y muchos trabajan y están con el candidato de lo que vienen repitiendo en campaña, con los autoritarios.
Sí, la campaña de AMLO tomó otros vuelos y es “chingón”, volvió el aire fresco, las esperanzas y las ilusiones para miles y miles de mexicanos. Volvería a repetir, no es suficiente aún, aunque algunas encuestas lo pongan arriba, se necesita más.
En el cuarto de guerra del candidato y en los partidos de la coalición, saben que los priistas y panistas siguen operando con todo, que no hay recursos económicos que les sobren y andan buscando donantes entre los empresarios. Que sus gobernadores están trabajando para que gane Peña Nieto y que nada están subestimando, obligarán a salir a votar por ellos cueste lo que cueste.
Los chavos pueden seguir saliendo a las calles, gritando, imaginando y regalando flores; en los centros urbanos y en los sectores educados son comprendidos y aplaudidos. Entre las burocracias, áreas rurales olvidadas, en las colonias marginadas y pobres,  en los sindicatos oficiales y entre los grupos de presión del Revolucionario Institucional, la cosa es diferente, ahí están haciendo listas y juntando credenciales.
En todo el país la maquinaria tricolor está aceitada y trabajando a todo lo que da, saben que no pueden desperdiciar esta oportunidad que les fue puesta en charola de plata por los gobiernos del PAN. Perdieron dos veces, ante el hartazgo de la gente que buscaba un cambio verdadero. Hoy no están dispuestos a dejar nada y esto es lo más peligroso.  
Los partidos de la izquierda y Morena más que cuidar las casillas, tienen que hacer hasta lo imposible para consolidar el triunfo de López Obrador. Sus candidatos deben hacer campaña hasta el último rincón, tienen que convencer a todos los indecisos y operar para neutralizar la operación del PRI y los azules.
No pueden volver a confiarse, tampoco a minimizar nada, menos aún a pensar que los grandes cierres de campaña son suficientes. Los pegotes, las banderitas y decir por todas partes que se está con López Obrador, sale sobrando en estos momentos. Para ganar se requiere sumar todas las manos, hacer campaña, cuidar los votos, defenderlos, parar la operación roja y azul y denunciar las ilegalidades que se hacen desde ahora.

No seamos tontos, la guerra sucia ha comenzado, hay marchas en Quinta Roo, Chihuahua y otras partes en contra de AMLO, los spots  aumentarán en su contra, los medios disparan hacia él, las presiones  aumentan. Es simple, quieren bajarlo de la contienda, los grandes  intereses económicos lo rechazan, hay demasiado odio en su contra.
En Puebla la izquierda y sus partidos se ve lenta y extraña en algunos distritos, no denuncian nada, no actúan, sino le meten más y dejan de lado sus torpezas políticas, entonces no están haciendo nada por el triunfo de López Obrador. Lo que se necesita son votos, miles y miles de votos para que la distancia sea buena.