Aunque usted no lo crea, a partir de ayer el “Príncipe Encantador” pasó a ser el legendario Ogro Verde de la película electoral.
Aprovechando la victoria de Enrique Peña Nieto, el líder estatal del Verde, Juan Carlos Natale armó su propia historia, la cual —según él— lo convierte en el héroe del cuento.
Veamos.
Ahora resulta que si a alguien le debe el PRI el triunfo del 1 de julio es nada más y nada menos que al Partido Verde, según las palabras del líder estatal de los ecologistas.
Sin más ni más, el diputado federal y presidente estatal de ese partido, Juan Carlos Natale López, aseguró que el aporte de su mini instituto político fue determinante para el triunfo de Enrique Peña Nieto, ya que ellos aportaron miles de votos para respaldar la victoria del tricolor. Seguramente, Natale López olvida que su partido no fue capaz de postular candidatos de peso y que prácticamente recibió votos de regalo por ser parte de una alianza, lo cual se puede demostrar con un simple análisis entre candidatos y votos obtenidos.
Así las cosas, de buenas a primeras el “Príncipe Encantador” salió a decir que el PRI le debe las dos senadurías, cinco diputaciones e incluso la Presidencia de la República.
Con su característica fanfarronería, Natale amenazó con que el Verde irá solo en el proceso electoral de 2013; es decir, que el señorito ya chantajea al PRI, dando a entender que sin el Verde el tricolor puede perder la elección intermedia.
Seguramente Juan Carlos Natale olvida que él tiene un dueño en la figura del auténtico “Niño Verde” Jorge González, quien a su vez tiene un amo de nombre Enrique Peña Nieto.
Antes de lanzar bravatas al aire, el joven Natale debe recordar que —para su mala suerte— no se manda solo.
Besamanos con Gordillo
Sin olvidar sus orígenes priistas el chiapaneco candidato del gobernador, Néstor Gordillo Castillo, organizó un desayuno donde cada asistente tenía que rendirse a sus pies, hacerle caravanas y saludarlo de mano.
Así como en los tiempos del viejo PRI, el señor fue incapaz de tener la atención de ser él quien fuera a saludar. Gordillo Castillo quiso tener a su séquito y cuando iban las preguntas incómodas, como la referente a la reunión del 2 de abril en Casa Aguayo, que inexplicablemente no fue sancionada por las autoridades electorales, su jefa de prensa prácticamente corrió a los reporteros de la fuente o los quiso callar y les ofreció a cambio que pasaran a desayunar.
Pese a lo que diga Néstor, las evidencias sobre diversas irregularidades tanto en su precampaña como en la campaña están perfectamente demostradas, pero sobre todo muestra que el viejo PRI en Puebla no murió, sino que mutó al PAN.
Y es que las mañas no se quitan… pues si no son gripe.
El Príncipe Encantador ahora es Shrek

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