Apenas concluye el proceso electoral de este año y empiezan los destapes políticos de quienes aspiran a convertirse en presidentes municipales de Puebla.
Dentro de las filas de Acción Nacional, quien —como sabes— es el único instituto político que lleva a cabo procesos internos, no sólo han levantado la mano el secretario de Gobernación y la delegada de la Secretaria de Desarrollo Social, Pablo Montiel y Myriam Arabian, respectivamente, sino que Juan Carlos Espina —quien pertenece al grupo duro del Yunque— también se inscribirá en la competencia.
Es obvio que los nombres antes mencionados son los antagonistas de los nombres en la mente del gobernador Rafael Moreno Valle quien evidentemente perfilará a sus más cercanos colaboradores: Fernando Manzanilla, Jorge Aguilar Chedraui, Amy Camacho y Antonio Gali, todos secretarios de estado que hasta hoy hacen su labor en los medios de comunicación, pues saben que serán medidos en popularidad y aceptación.
Las cosas en Acción Nacional las cosas se pondrán color de hormiga, pues —como bien dicen— nadie escarmienta en cabeza ajena y todos creerán que pueden estar no sólo dentro sino afuera. El problema volverá a ser las inevitables divisiones dentro del panismo poblano en donde pese a querer aparentar lo contrario hay quienes no se tragan ni con agua.
Juan Carlos Mondragón, el joven líder blanquizul, desafortunadamente ha dejado mucho que desear al frente de Acción Nacional, pues no ha logrado tener líneas de comunicación con quien realmente manda por una evidente falta de talento político. Nuevamente la lucha interior desgastará a sus militantes y adherentes y será afuera donde cobren, como sucedió el pasado 1 de julio, la factura.