Mucho se ha hablado de la preferencia que el gobernador profesa en favor de Jorge Aguilar Chedraui, por encima de Fernando Manzanilla Prieto y de Tony Gali, para convertirse en abanderado de Casa Puebla a la alcaldía de Puebla.
Por supuesto que no sería extraño que el gobernador tuviera un preferido de entre los tres suspirantes, sin embargo tengo claro que el candidato será quien le ofrezca mayores garantías de triunfo, que no necesariamente debe ser su preferido. De ahí que los tres estén abiertamente jugando por generar las condiciones que le den al mandamás poblano la certeza de triunfo.
Nos guste o no, quienes vivimos en Puebla sabemos que Moreno Valle juega siempre a ganar, por lo que debemos descartar que un capricho pudiera poner en riesgo la presidencia municipal.
Para el proyecto morenovallista es vital contar con un incondicional en la alcaldía de Puebla capital, lo cual implica que la candidatura aún esté en el aire.
No se necesita ser un genio para saber que quien termine el año como el mejor posicionado será su candidato. Y si ninguno crece lo suficiente, no duden que apueste por jugar en dos o hasta en tres líneas partidistas.
Por lo pronto, es evidente que la moneda aún está en el aire.

El pleito por la coordinación
Curiosamente, los 14 diputados federales electos del PRI hoy sostienen una lucha encarnizada por la designación de quien será su coordinador de bancada en San Lázaro.
Sin embargo, para quienes han tenido la experiencia de ocupar una curul en ese recinto legislativo les queda claro lo que significa esa coordinación.
Son cuando menos cuatro grupos los que tienen representación entre esos 14 diputados, además los priistas teniendo presidente operan en razón de los intereses de su verdadero jefe político. En esa lógica, quien sea coordinador de los 14 diputados será un coordinador con serias limitantes operativas y políticas. Lo peor del caso, para quien gane esa designación, es que de acuerdo con los reglamentos, no podrá ser presidente ni secretario de ninguna comisión, las cuales sí son un poder real en San Lázaro.
Ojalá que alguien le explique a quienes aspiran a la coordinación de la bancada poblana en la Cámara de Diputados lo que implica esa posición.
Digamos que podrían ganar centavos y perder pesos.

De periodismo ficción
El día de ayer mi estimado Arturo Rueda sacó a relucir su estupenda imaginación, para convertir una fotografía en toda una historia de padrinazgos políticos en torno a la figura de Ricardo Henaine.
La realidad es que la foto que apareció en Twitter simplemente refleja un encuentro casual entre un grupo de poblanos en el estadio Cuauthémoc, con una sola coincidencia: nuestra afición por el Puebla de La Franja. Fuera de esa realidad, lo demás sólo existió en la mente del autor de la columna Tiempos de Nigromante, a quien debo reconocer su gran imaginación.
No me imagino cómo Henaine pudiera apadrinar a alguien en un estado en donde es identificado como el villano favorito de la casona de Los Fuertes.