Por el momento la Procuraduría General de Justicia (PGJ) no ha informado de la situación legal de padre e hijo, apodados “Los Caleros”, quienes son investigados por el delito de trata de personas; de hecho siguen arraigados.
Tampoco la Secretaría de Transportes ha dado respuesta al reclamo de permisionarios, con el fin de investigar las concesiones del transporte público que estos personajes tienen y que pudieron haber sido adquiridos con “lavado de dinero” procedente de la prostitución, por lo mismo le vuelvo a comentar al lector lo que pasa con estos dos hombres que enganchan mujeres para prostituirlas.

Los Caleros
Desde hace 15 días Apolonio Zempoaltécatl Gutiérrez y su hijo, Rolando Zempoaltécatl Carvente se encuentran arraigados en el motel Kioto a disposición de la PGJ, investigados por el delito de trata, luego de que una de sus víctimas denunciara al primero por privarla de su libertad para obligarla a ejercer la prostitución; los dos sospechosos son conocidos como “Los Caleros” y son vecinos de Zacatelco, Tlaxcala.
Quienes conocen a “Los Caleros” saben que su negocio principal es la trata de personas, la explotación de menores de edad, y para “lavar” el dinero que deja esta felonía adquieren concesiones y vehículos del transporte público, por lo que no se les hace descabellado lo que dicen los familiares de estos detenidos, y no es otra cosa que están juntado un millón de pesos para comprar su libertad.
“Los Caleros”, padre e hijo, fueron detenidos como resultando de una denuncia presentada ante el Ministerio Público de Delitos Sexuales. La afectada declaró que Apolonio Zempoaltécatl primero la engañó para sacarla de su casa, la violó y embarazó, y como esto afectaba a sus intereses la obligó a abortar; por esta razón, la PGJ solicitó a un juez Penal otorgara el arraigo contra los dos sospechosos para saber cuántos delitos más han cometido.

De cintura a permisionario
Apolonio Zempoaltécatl y su hijo, además de manejar el negocio de la prostitución son permisionarios, dueños de los microbuses 1, 9, 11, 16 y 45 de la ruta Boulevard-CU, además de las unidades 5 y 3 de los conocidos como Morados; esto, sus actividades con la trata de personas, además de los fanfarroneos provocaron que los permisionarios de esta última ruta los expulsaran considerándolas personas non gratas, aunque sus unidades siguen en la misma ruta.
De hecho, los permisionarios fueron quienes pusieron en antecedentes las actividades de “Los Caleros” porque existe la preocupación de que los microbuses del transporte público de su propiedad pueden o están siendo utilizados para “enganchar” a víctimas de la prostitución, por lo que señalaron la necesidad de que intervenga la Secretaría de Transportes para que les sean retiradas las concesiones. También solicitaron, luego de que ocurriera una agresión a una pasajera de la ruta 3, que se investiguen a fondo casos de prostitución que se han dado en el transporte público, promovidos por el mismo Apolonio Zempoaltécatl quien llevaba a jóvenes mujeres para ofrecerlas a otros permisionarios o choferes, cobrando cantidades diversas por los sexo servicios.
Apolonio, en muchas ocasiones les dijo que él podría conseguirles mujeres o menores —ya sea niñas o niños— a buenos precios, les decía que para que no tuvieran problemas legales él mismo se los llevaba. De ahí la necesidad de que se investigue a fondo hasta donde llevó esta felonía dentro del transporte público.

El que da la cara
Por el mismo hecho de que Apolonio Zempoaltécatl ha sido mal visto por un sector importante del transporte, tuvo la necesidad de enviar un representante: Víctor Alatriste, quien se hace cargo de todo lo necesario de los microbuses de las rutas Boulevard-CU y Morados. Además de todo lo que fue denunciado por los dueños de las unidades del transporte público, también se dijo que este hombre —Apolonio— es el dueño del terreno que sirve como encierro de los microbuses Boulevard-CU, que se ubica en bulevar La Pedrera y Camino Real a San Felipe, sin que se descarte que en ese mismo lugar podrían estar desmantelando vehículos reportados como robados.

En manos de la justicia
Apolonio Zempoaltécatl Gutiérrez y su hijo, Rolando Zempoaltécatl Carvente, en estos momentos están en manos de la justicia poblana, sobre ellos pesa una denuncia de una menor de edad aunque existe el temor de que puedan quedar libres, pues sus familiares estarían reuniendo un millón de pesos.
Quienes envían esta queja consideran que estos personajes deben ser investigados a fondo también por enriquecimiento ilícito y no es por otra cosa, pues cada concesión de transporte que este hombre cuesta medio millón de pesos, además de las unidades y del mismo terreno.
¿De dónde?
Nos vemos cuando nos veamos.