Nació bajo el concepto de ser el fraccionamiento más exclusivo de Puebla; sin embargo hoy, debido a la entrega indiscriminada de usos de suelo y permisos de construcción, ha perdido su rol de privilegio y se ha convertido en una colonia más de la zona conurbada de la ciudad de Puebla.
El empresario Carlos Peralta Quintero ideó un espacio de confort destinado a ser el mejor sitio para vivir en Puebla. Muchos, de manera equivocada, creen que La Vista forma parte de la reserva territorial Atlixcáyotl pero no es así, los terrenos fueron adquiridos y comprados por el empresario mexiquense al margen del decreto expropiatorio de 1992. Algo ocurrió que vino a trastocar la exclusividad que rodeaba a esta zona privilegiada de la ciudad de Puebla, de repente los usos de suelo fueron modificados, de la nada comenzaron a surgir edificios que rebasaban los decretos originalmente establecidos, así como los usos de suelo de la zona.
Notarios sin escrúpulos comenzaron a dar por buenos los cambios de uso de suelo de una zona considerada totalmente para uso de vivienda habitacional. El ayuntamiento de San Andrés Cholula tuvo que ver mucho en el asunto y no sólo la actual administración —la cual llora hoy la muerte de su director de Asuntos Jurídicos—, sino las anteriores, que permitieron infinidad de cambios en el uso de suelo y licencias de construcción en la zona que se presumía era la más exclusiva de Puebla. La actual administración del fraccionamiento más exclusivo de Puebla también tiene mucho que ver. Carlos Peralta dejó sus inversiones en la entidad y se fue para refugiarse en Pastejé, Estado de México y con él se fueron sus inversiones, como los Tigres capitalinos de la Liga Mexicana de Beisbol, los cuales se fueron a Cancún.
La inversión total quedó en manos de Marcos Salame, con quien comenzaron a pasar cosas extrañas, entre ellas la proliferación de construcciones que no van de acuerdo con los planes inicialmente proyectados para el sitio en cuestión. Pero no es culpa solamente de Salame, se debe de ir a fondo en el asunto e investigar también a los ayuntamientos de San Andrés Cholula, los cuales —reitero— son los encargados de otorgar los usos de suelo y las licencias de construcción. Casualmente, la anarquía en La Vista arranca en el sexenio del exgobernador Melquiades Morales Flores, artífice del crecimiento en la zona y amigo de regalar, o más bien por aquello de las denuncias, de donar a “título oneroso” todo lo que se encuentre en la llamada reserva territorial Atlixcáyotl y sus alrededores.
También es necesario investigar quién fue el notario público que en la anterior administración, la de Mario Marín Torres, permitió que proliferaran tantas irregularidades y que éstas a su vez fueran escrituradas de una manera poco clara. Cuentan los que saben que si el gobierno del Rafael Moreno Valle Rosas quisiera comenzar a aplicar los cambios que pretende llevar a cabo a la Ley del Notariado para sancionar excesos, bien podría comenzar por una que se ubica en la entrada a San Andrés Cholula, ya que basta con revisar quién legalizó todo esto para retirarle la patente, aunque por supuesto que puede pesar el que personajes ligados al mandatario en turno hayan recibido oficinas y hasta un inmueble por parte del notario en turno quien también a su vez tuvo como socio en cuestión en su empresa mediática al antecesor del morevallista que hoy goza de privilegios.
Por cierto, que el socio en cuestión del notario, apenas y puede pisar Puebla por motivos que contaré en otra entrega.
De este modo, La Vista, el paraíso ofrecido en Puebla, se ha transformado hoy en un verdadero infierno para todo aquel que habita en esta zona y que se tiene que “chutar” enfrente de su casa un edifico en el cual trabajan las 24 horas del día en su construcción, cuyo propietario se desconoce quién sea, aunque el gobernador del estado y el propio Marcos Salame hayan acudido a la colocación de la primera piedra del inmueble, ubicado —por cierto— al margen de una barranca dentro del exclusivo fraccionamiento.