¡Vaya, vaya! Hasta ahora se dan cuenta de que los jóvenes tienen una adición mágica por las bebidas espirituosas, que además les gustan en exceso, que se ponen hasta el full, que saturan los antros, que en cualquier reventón lo que no debe faltar y circular son las “chelas” o sino tienen mucho “varo”, pues entonces la solución son las llamadas aguas locas.
En un garrafón grande se prepara agua de sabor, después se vierten diferentes clases de bebidas, sean blancas u otras, se revuelven y listo. Los vasos llenos de aguas locas circulan y circulan hasta que los jóvenes se ponen “hasta atrás”. En otros casos los “chavos fresones”, se van a las piñas, algún antro, a una cantina de moda, a sus departamentos estudiantiles en donde arman su propio reventón hasta el amanecer. Los botaneros sólo son para los “batos” que trabajan en la informalidad o para ver algún partido de futbol.
Esto de la bebedera no es algo nuevo, el gobierno no está descubriendo el hilo negro de la adicción al alcohol, tampoco el dato de que las mujeres jóvenes le están metiendo duro a las cervezas. La bronca sobre el “chupe” o la “briaga” entre los jóvenes mexicanos no sólo es un problema de números, es más complejo y debe ser tratado desde otras ópticas.
Por ejemplo: en las conocidas tiendas de autoservicio, cercanas a los centros de estudios que hay en la ciudad, lo primero que dicen, es que las cervezas, los cigarros y las botellas de alcohol, son lo que más venden entre semana. Muchos estudiantes ya encaminados o “picados”, se gastan lo que les dan en sus familias para su mantención mensual. Otros, como los estudiantes de otras entidades que vienen a estudiar en algunas de las muchas instituciones privadas, dejan de pagar sus colegiaturas por sus gastos muy elevados en eso de la diversión y “echar desmadre”.
La cosa no es tan fácil de enfrentar, nuestros jóvenes por supuesto que estudian, son inteligentes, abusados, emprendedores, algunos comprometidos y otros muy metidos en sus carreras. También los hay, quienes son muy “gandallas”, “mamilas”, “payasos”, “ñoños”, déspotas, presumidos, excluyentes, racistas u otros que se creen la gran cosa. Sin embargo a todos les llama la atención irse de “briaga” con sus cuates, también jalan a las “chavas”, es una forma de divertirse, de disfrutar su ocio y salirse de su rutina diaria. Se desinhiben, sus códigos de comunicación cambian, se olvidan de sus propios problemas, hablan el mismo lenguaje y cada tribu resguarda su espacio de convivencia.
Algo que siempre esta presente en sus “rollos”, sin duda alguna, son sus amoríos, sus fracasos, sus sentimientos, los truenes y sus ligues. En sus pláticas es común escuchar como destilan bilis sobre sus exparejas, se burlan, maltratan y su lenguaje despectivo es el mismo entre los hombres y las mujeres. Sus emociones sentimentales las extreman, algunas son lacrimógenas, ese rollo de la equidad de género deja de existir, se quedan con mucho resentimiento y los valores sobre sus relaciones de pareja no existen.
Otro asuntito sobre ellos, es que se sienten demasiado solos, el modelo de la familia tradicional ha fracasado, quieren vivir su propia vida y se ven frustrados, no logran independizarse y les molesta o “encabrona”.
“Están saque de onda” de lo que ven, no les gusta esté mundo, quisieran uno diferente, son rebeldes, se encabronan de las injusticias, rechazan a los políticos y sus partidos, no confían en las policías, aborrecen la corrupción, no sienten confianza en las instituciones, porque estas nunca les ayudan y sienten que sus proyectos de vida se esfumaran. Por eso buscan cambiar las cosas y quisieran otro país.
El hecho de que haya aumentado entre los jóvenes el consumo de bebidas embriagantes, también tienen que ver con sus propias expectativas, que no las ven por ningún lado. La pobreza y la marginación es otro asunto social que los lastima y hace vulnerables. Sólo buscan olvidarse o sustraerse de momento.
Por ejemplo, según INEGI, de la tasa de desempleo nacional en México en 2012, la mitad son jóvenes. Existen 2 millones 468 mil 162 desempleados y un millón, 364 mil, 525 son jóvenes entre los 14 y los 29 años. A esto hay que sumarle a los que no estudian, ni trabajan. Es concreto no hay trabajo para los jóvenes. Miles y miles de chavos mejor se dedican al trabajo informal.
La Encuesta Nacional de Adicciones, presentada por el presidente Felipe Calderón, no es una novedad estadística, es algo que debería de avergonzarlo, puesto que nuestra juventud o esta reserva generacional simplemente se quedo sin futuro.
El Estado los ha abandonado, los dejó a la intemperie, los ha excluido y estos han perdido la credibilidad sobre sus propias instituciones, algo muy peligroso. Lo que necesitan los jóvenes en el país, es que los tomen en cuenta y que los vean como una parte fundamental para el desarrollo nacional.
Si esta aumentando la ingesta de alcohol, no es porque sean adictos al mismo, simplemente no les brindan nuevas alternativas, tampoco les crean espacios culturales para el ocio y su recreación y no hay políticas públicas que los atiendan y los aislé del alcohol.
Pareciera que no los vemos y tampoco nos interesa escucharlos en sus broncas que a diario viven. No hay impulso y apoyo para lo que tratan de hacer, nadie los pela.
De nada sirve que nos enteremos sobre estos datos, cuando el problema social ahí está y nada se ha hecho. Pronto se olvidará y los “chavos” seguirán embriagándose hasta donde aguanten para olvidarse de su cruda realidad.
Para terminar, diré que de acuerdo a los Centros de Integración Juvenil, las drogas más populares son la mariguana, los inhalables y la cocaína. En promedio, las mujeres inician el consumo de inhalables a los 14 años.
Los inhalables se están dando entre jóvenes de secundaria y bachillerato y se ha convertido en la tercera droga de inicio y la segunda de preferencia después de la mariguana y antes de la cocaína.
“Las prácticas de iniciación más conocidas en el uso de las denominadas ‘monas’ de sabores y colores, se dan generalmente en los denominados ‘perreos’, fiestas donde al ritmo de la música (usualmente de reggaetón) se simula una cópula canina y se identifica a la mujer como a una perra.”
Dejar que el tejido social se rompa entre la juventud en México, será fatal para todos, es obvio y urgente que se debe de atender bajo otras condiciones. No son problemas de meras adicciones las que viven y enfrentan, es algo diferente que los adultos nos negamos a escuchar.